miércoles, 17 de septiembre de 2014

TIRÓN

 

TIRÓN

 

HECHOS 6:4 Así podremos nosotros dedicarnos a la oración y a la proclamación del mensaje. (B.L.P.H.)

 

©      De cómo escuchar el llamado.

©      ¿Qué preferir, un tirón en el corazón o la voz apacible y delicada del Señor?

Ø  Moisés escucho la voz de Dios desde una zarza ardiente (Éxodo 3).

Ø  Isaías tuvo una visión del trono celestial (Isaías 6).

 

Sin embargo, la mayoría de quienes obedecen al Señor para ir al campo misionero, reconocen su llamado por un tirón constante en el corazón. Es un susurro en su espíritu que les dice:

©      ¿Cómo oirán sin haber quien les predique? (Romanos 10:14).

 

Es mejor si el Señor no tiene que utilizar un recurso severo para captar nuestra atención. Piense en el obstinado Saulo, quien necesitó que le hablara duro y lo cegara temporalmente para ponerlo en el campo misionero (Hechos 26:13-18).

©      ¡Yo prefiero escuchar el silbo apacible y delicado del Señor!

 

Podemos tratar de ignorar el tirón en el corazón, evadir la pregunta con actividades, o satisfacerla dando dinero, en lugar de darnos a nosotros mismos. Algunos dicen no, pero el llamado sigue. La voluntad de Dios es definitiva, y Su plan es firme; a pesar de que podemos correr, no podemos escapar de Su llamado a obedecer (Jonás 1:1; 3:1). El sendero de la obediencia se caracterizará, sin duda, por los desafíos. Pero las dificultades son parte de la vida: en el hogar o en el extranjero, en el trabajo misionero o en el trabajo normal. Por fortuna, las recompensas son mayores que cualquier dificultad. Recuerde que Cristo prometió a Pedro un rendimiento centuplicado por su inversión en el Reino (Marcos 10:28-30). Llevar el evangelio es una gran oportunidad de servir a Dios.

 

©      ¿Qué mejor manera de darle las gracias por salvarnos y por escribir nuestro nombre en el "Libro de la Vida", que compartir esa experiencia con los demás?

Si la voz apacible y delicada del Señor le está llamando, diga que sí, y vea qué obra tan maravillosa y transformadora de vida podrá Él hacer por medio de usted.

 

CONFESIÓN DE FE:

SI LA VOZ APACIBLE Y DELICADA DEL SEÑOR ME ESTÁ LLAMANDO,  YO RESPONDERÉ AFIRMATIVAMENTE, SEGURO QUE TENDRÉ EVIDENCIAS CLARAS DE LA OBRA TAN MARAVILLOSA Y TRANSFORMADORA DE VIDA QUE PODRÁ HACER ÉL AL DISPONERME A SERVIRLE.

 

ORACIÓN:

Dios Todopoderoso, Elohim Chaiyim, Dios Viviente (Jeremías 10:10). Dios y Señor mío, Dios verdadero, Dios vivo y Rey eterno eres Tú; estoy totalmente convencido, mi Señor y Salvador Jesucristo, que estás vivo y eres el dador de vida, has creado la vida y todo lo que vive y quieres dar vida eterna y abundante a los que en Ti creemos y en Ti confiamos. Por eso hoy vengo en acción de gracias y adoración a Tu Presencia adquiriendo el compromiso del llamado que me has hecho con Tu delicada y apacible voz para llevar Tu mensaje al mundo sin condición. Gracias mi amado Señor y Salvador Jesucristo por hacerme parte de tu obra redentora. Amén.


Juan Manuel Lamus O.