viernes, 12 de febrero de 2016

MENGUAR

 

JUAN 3:30-34 Él debe tener cada vez más importancia, y yo tenerla menos. El Hijo de Dios viene del cielo, y es más importante que todos los que vivimos aquí en la tierra y hablamos de las cosas que aquí suceden. El que viene del cielo es más importante, y habla de lo que ha visto y oído en el cielo. Sin embargo, muchos no quieren creer en lo que Él dice. Pero si alguien le cree, reconoce que Dios dice la verdad, ya que cuando el Hijo habla, el que habla es Dios mismo, porque Dios le ha dado todo el Poder de su Espíritu. (T.L.A.)

 

© El ídolo mas adorado por todos es sin lugar a dudas el egoísmo, el "Yo".

Si analizamos cual es la causa de la destrucción del ser humano siempre encontraremos la raíz del egoísmo. La soberbia, la maldad, la venganza, el odio, la competencia, el orgullo, etc. son "frutos" del árbol del egoísmo.

 

Muchas veces criticamos a aquellos que adoran imágenes o ídolos y no nos damos cuenta que también nosotros nos transformamos en idólatras cuando tenemos un estilo de vida caracterizado y gobernado por el egoísmo. Las palabras "mi"; "mío"; "yo" son las más utilizadas y hacen parte esencial de nuestro vocabulario. Todo pasa por lo que a nosotros nos parece o pensamos.

 

Como cristianos, tenemos la manera de quebrar ese egoísmo destructor gracias al poder de Dios en nosotros y el modelo de Jesús cediendo sus derechos Divinos. A menos que aprendamos a sujetar al egoísmo, nunca llegaremos a ser personas plenas y realizadas en la vida. La vida cristiana precisamente no consiste en exaltar al "Yo" sino en exaltar a Cristo en nuestras vidas. Bajo el punto de vista bíblico, no es posible decir que uno es cristiano y a la vez ser egoísta.  Dios quiere enseñarnos que nosotros no debemos vivir más para nosotros mismos, sino para la Gloria del Señor Jesucristo, y además colocar los intereses de los demás por encima de los nuestros, tal como Él lo hizo. Hemos sido rescatados del reino de las tinieblas, donde el egoísmo tenía rienda suelta, al Reino de la Luz para que aprendamos a "domar" al egoísmo.

© Dejemos reinar en el trono de nuestra vida al Señor Jesucristo, mengüemos para que Él crezca en nosotros.

 

CONFESIÓN DE FE:

HOY DECIDO MENGUAR PARA QUE CRISTO SEA EL SEÑOR DE MI VIDA, ESTO HARÁ QUE MI NATURALEZA EGOÍSTA SEA DESTRUIDA POR EL PODER DE DIOS Y ASÍ APRENDA A CEDER DERECHOS Y VIVIR EL MODELO DE JESÚS.

 

ORACIÓN:
Señor Jesús, Melech HaElachim, Rey de reyes, Adonay HaAdonim, Señor de señores (Apocalipsis 17:14). Mi amado Jesucristo, mi Dios y mi Señor, hoy vengo a tu Presencia a exaltarte como lo mereces y a darte gracias por ser el Señor de mi vida. Me doy cuenta Dios mío, que no puedo tener en el trono de mi corazón sentado a Ti, el Señor, y a mi "Yo" egoísta a la vez, es por eso que en este momento renuncio a mi egoísmo, y te pido que me ayudes, por medio de tu Santo Espíritu, a darte la importancia que te mereces, menguar yo para que Tu ocupes el lugar de Rey y Señor de mi vida, y a la vez reconocer también a mis semejantes, inclusive y si es necesario, como mayores a mí, de manera que pueda estar más consciente de mis responsabilidades que de mis derecho. Gracias mi Rey, mi Señor y Salvador Jesucristo. Amén.


Juan Manuel Lamus O.