miércoles, 14 de marzo de 2018

COMPAÑEROS 2

 

HECHOS 19:23-31 Por ese tiempo, se generó un grave problema en Éfeso con respecto al Camino. Comenzó con Demetrio, un platero que tenía un importante negocio de fabricación de templos de plata en miniatura de la diosa griega Artemisa. Él les daba trabajo a muchos artesanos. Los reunió a todos, junto con otros que trabajaban en oficios similares y les dirigió las siguientes palabras: "Caballeros, ustedes saben que nuestra riqueza proviene de este negocio. Pero, como han visto y oído, este tal Pablo ha convencido a mucha gente al decirles que los dioses hechos a mano no son realmente dioses; y no solo lo ha hecho en Éfeso, ¡sino por toda la provincia! Por supuesto que no solo hablo de la pérdida del respeto público para nuestro negocio. También me preocupa que el templo de la gran diosa Artemisa pierda su influencia y que, a Artemisa, esta magnífica diosa adorada en toda la provincia de Asia y en todo el mundo ¡se le despoje de su gran prestigio!" Al oír esto, montaron en cólera y comenzaron a gritar: "¡Grande es Artemisa de los efesios!". Pronto toda la ciudad se llenó de confusión. Todos corrieron al anfiteatro, arrastrando a Gayo y Aristarco, los compañeros de viaje de Pablo, que eran macedonios. Pablo también quiso entrar, pero los creyentes no lo dejaron. Algunos de los funcionarios de la provincia, amigos de Pablo, también le enviaron un mensaje para suplicarle que no arriesgara su vida por entrar en el anfiteatro. (NTV)

 

♥ Compañeros en el sufrimiento por Cristo.

En el libro de los Hechos, Pablo se destaca como el predicador y el pastor más prominente. Es por eso que tendemos a pasar desapercibidos los nombres de otras personas que se mencionan solo brevemente. Un ejemplo es Aristarco, uno de los hombres que fue arrastrado al teatro de Éfeso durante un disturbio. Pablo era el blanco de la disputa, pero Aristarco fue también víctima de la hostilidad.

 

♥ ¿Quién fue Aristarco? Aunque no es muy conocido, en realidad se menciona cinco veces en el Nuevo Testamento. Sabemos que era de Tesalónica y que acompañó a Pablo en su tercer viaje misionero camino a Jerusalén (Hechos 20:4). La siguiente vez que aparece en la Biblia (Hechos 27:2) está abordando una nave con Pablo, quien en ese momento estaba siendo llevado a Roma como prisionero. En el mar, Aristarco y Pablo sufrieron un naufragio. Las últimas menciones de Aristarco son como compañero de prisión de Pablo en una cárcel romana y como compañero en el ministerio (Colosenses 4:10; Filipenses 1:24). Casi todas las referencias a Aristarco implican sufrimiento por Cristo. Pero este no es un concepto popular hoy en día. Queremos un Salvador que nos haga la vida fácil, cómoda y próspera. Sin embargo, ese no es el mensaje que Cristo predicó, ni el ejemplo que dieron Pablo y Aristarco. Como escribió el apóstol: 

 "Todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución" 

(2 Timoteo 3:12).

 

Aunque la mayoría de nosotros no esté viviendo las dificultades que sufrieron Pablo y Aristarco, debemos estar dispuestos a permanecer firmes por Cristo ante el rechazo, el ridículo, la tergiversación, la discriminación e incluso la hostilidad. 

♥ ¿Está usted dispuesto a sufrir por Cristo?

 

CONFESIÓN DE FE:

SÍ, ESTOY COMPLETAMENTE DISPUESTO A SUFRIR POR LA CAUSA DE CRISTO, PUES NO SOLO ME ESPERAN GRANDES RECOMPENSAS EN EL CIELO, SINO TAMBIÉN MUCHA SATISFACCIÓN DE VER VIDAS TRANSFORMADAS POR ÉL ACÁ EN LA TIERRA.

 

ORACIÓN:

Padre Celestial, El Oheenu, El Señor Dios Nuestro (Salmo 99:5) Señor Jesús, Tú eres el compañero fiel y leal, el Siervo de todos (Mateo 20:28). Gracias mi Señor y Salvador por tu modelaje de servicio, compañerismo, amistad, fidelidad y lealtad a toda prueba. Es por ti que tenemos un cuerpo bien ajustado, totalmente ligado, unido, viviendo en amor, el Cuerpo de Cristo, en el cual estamos los que en Ti creemos y en Ti confiamos, para servir a esta humanidad que tanto te necesita, y necesita de compañeros en el ministerio, fieles y leales, que trabajen en equipo para lograr el propósito que Tú nos has encomendado. Gracias mi amado Padre Celestial por escogernos para hacer parte de tu equipo. He orado en el Poderoso Nombre de Jesús. Amén.


Juan Manuel Lamus O.