miércoles, 1 de junio de 2016

RESISTIR

 

HEBREOS 11:23-27 Fue por la fe que cuando nació Moisés, sus padres lo escondieron durante tres meses. Vieron que Dios les había dado un hijo fuera de lo común y no tuvieron temor de desobedecer la orden del rey. Fue por la fe que Moisés, cuando ya fue adulto, rehusó llamarse hijo de la hija del faraón. Prefirió ser maltratado con el pueblo de Dios a disfrutar de los placeres momentáneos del pecado. Consideró que era mejor sufrir por causa de Cristo que poseer los tesoros de Egipto, pues tenía la mirada puesta en la gran recompensa que recibiría. Fue por la fe que Moisés salió de la tierra de Egipto sin temer el enojo del rey. Siguió firme en su camino porque tenía los ojos puestos en el Invisible. (N.T.V.)


©  De la fe necesaria para resistir. Los conflictos y los sufrimientos son parte de la experiencia humana. ¿Quién no ha estado en situaciones que parecen irremediables o sin final? Incluso el Señor Jesús clamó en la cruz:

-  Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado? (Mateo 27:46).

©  ¿No es verdad que a veces hacemos la misma clase de preguntas?: ¿Dónde estás, Señor? ¿Por qué no haces algo en mi vida?

 

Quiero animarle a seguir adelante, incluso en la horas más sombrías. Cuando le quede muy poca fe y parezca que su fortaleza y sus sueños se hayan vuelto añicos como un cristal roto, no renuncie al Señor, porque eso solo le llevará a tener un autoestima dañada, a perder bendiciones y a limitar severamente su utilidad para Dios. También es negar la palabra que enseña:

©  "Mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo" (1 Juan 4:4B).

El abandono de la ayuda Divina en favor de nuestras fuerzas humanas, es un rechazo a la verdad de que Dios siempre es fiel. Lo contrario de darse por vencido no es siempre el triunfo inmediato, ya que a veces somos llamados a perseverar hasta lograr la victoria. Es posible que el Señor quiera que nos sostengamos bajo la aflicción y que permanezcamos firmes ante la tentación. Al igual que Moisés, podemos ser llamados a resistir, "como viendo al Invisible" (Vs.27). Debemos resistir con paciencia, manteniéndonos firmes, como los buenos soldados de Cristo que somos los creyentes. Eso significa echarse al hombro, con valentía, el peso de la aflicción o de la persecución, confiando en que el Dios que permitió sus circunstancias le sacará adelante.

 

CONFESIÓN DE FE:

RESISTIR REQUIERE TIEMPO Y PACIENCIA, Y POR ESO HOY DECIDO MANTENERME FIRME COMO UN BUEN SOLDADO HASTA GANAR LA BATALLA DE LA MANO DE DIOS. (2 TIMOTEO 2:3).

 

ORACIÓN:

Padre Celestial, Jehová Sabaot, Dios de los Ejércitos (Malaquías 3:10). Mi amado Rey y Señor eres el ser más Poderoso y el más Grande guerrero en el universo, el General de tus ejércitos en el cielo y en la tierra, el Supremo comandante en jefe. Por eso hoy vengo a tu Presencia para que me des la fortaleza y la convicción suficientes y necesarias para resistir con fe, dándome el tiempo y poniendo la paciencia para mantenerme firme ante los embates de la vida, pero seguro que de tu mano saldré siempre victorioso, porque estoy plenamente convencido que es más grande y poderoso el Espíritu que habita en mí, que el que está en el mundo. Gracias mi Señor y Salvador Jesucristo por hacerme un soldado resistente de tu Ejército espiritual. Amén.


Juan Manuel Lamus O.