martes, 3 de noviembre de 2015

AGRADARLE

 

TIMOTEO 2:3,4 Soporta el sufrimiento junto conmigo como un buen soldado de Cristo Jesús. Ningún soldado se enreda en los asuntos de la vida civil, porque de ser así, no podría agradar al oficial que lo reclutó. (N.T.V.)

 

©  Somos soldados de Cristo, y como tales tenemos delante grandes compromisos y serios retos que asumir para obedecerle y agradarle.

 

Debemos entender que la guerra con nuestra vida egoísta es diaria e incluso a cada hora. No podemos alcanzar un estado en el cual la guerra finaliza y estaremos liberados permanentemente de esta guerra. No, por lo menos en esta vida, porque la vida egoísta es natural y después de cada victoria sobre el ego, las viejas tendencias comienzan a regresar. Estamos en una guerra permanente, una pelea continua, pero no sin esperanza, porque Cristo nos imparte su vida para neutralizar la vida egoísta y podremos confiar en Él, porque llevó todo esto a la muerte en la cruz del calvario. Así que debemos confiar en Él totalmente, recordar que somos sus soldados y que Él gobierna y dirige nuestra vida.

 

Mi principal deseo en este día será agradarle a Él quien me tomó por su amor y me dio un propósito muy definido para desenvolverme por la vida. Estoy convencido que no necesitaré hacer otra cosa para agradarlo a Él, sino simplemente obedecer y agradarle en todos mis caminos. No debo comprometer mi vida y enredarme en los negocios de esta vida, los placeres mundanos y pasiones terrenales, porque nada de esto agrada a mi Maestro y Señor. A Él le agrada una vida que tiene su fe y confianza puesta solo en Él, y un corazón contrito y humillado que solo quiere andar en sus senderos.

 

Durante muchos años vague sin esperanza y sin alegría y un día mi vida fue conmovida por el encuentro más sublime que un ser humano puede tener y es el encuentro con Adonai, el Señor de los señores. Yo no he podido olvidar ese encuentro y jamás lo podré olvidar y ese recuerdo me hace caminar firme en el deseo de solo agradarle a Él en espíritu y en verdad.

 

CONFESIÓN DE FE:

HOY DECIDO NO ENREDARME EN LOS NEGOCIOS DE ESTE MUNDO Y SOLO AGRADARLE A ÉL QUIEN DIO SU VIDA POR MÍ Y AHORA VIVE Y TRABAJA A MI FAVOR. DECIDO SER UN SOLDADO DE CRISTO.

 

ORACIÓN:

Señor Jesús, Jehová Sabaot, el Señor de los Ejércitos (1 Samuel 1:11). Eres el ser más poderoso y el más grande guerrero en el universo, eres el General de tus ejércitos en el cielo y en la tierra, el Supremo comandante en jefe. No quiero caminar por la vida lleno de enredos sin sentido y enredos sin propósito. Quiero agradarte recordando que como soldado me debo únicamente a ti. Perdóname las veces que me he enredado tristemente olvidando lo que realmente tiene sentido y felicidad. Señor, ayúdame a caminar con la seguridad que solo en ti puedo encontrar gracia, alegría y esperanza. Gracias mi Señor Jesús, porque puedo descansar sabiendo que para agradarte no tengo que hacer una larga lista de cosas, pues todo se resume en obedecerte y agradarte. Amén.


Juan Manuel Lamus O.