TRANSFORMADOS
2 CORINTIOS 3:16-18 Pero cuando se conviertan al Señor, el velo se quitará. Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad. Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor. (V.R.V.)
© De cómo ir creciendo, paso a paso y no a las carreras.
La vida cristiana es una carrera de perseverancia más que de velocidad; es una carrera ascendente y se llega a la cima sólo cuando uno pasa a estar con el Señor, o cuando Él venga a buscarnos en las nubes.
Mientras vivamos en la tierra, el crecimiento del cristiano debe ser continuo y ascendente, paso a paso y no a las carreras.
Dosificar las fuerzas es la clave para ganar una carrera de muchos kilómetros de distancia. Quemar todas las reservas al principio nos dejará sin el oxígeno y fuerzas necesarias para llegar a la meta. La vida cristiana es similar. Debemos tener la meta de crecer, avanzar paso a paso y perseverar a ritmo sostenido hasta el final.
© Eso es lo que el pasaje que estudiamos hoy llama: "Ser transformado".
Esto no sucede de un día para otro, sino por un proceso. Por ejemplo:
Ø Cuando vinimos a los pies de Cristo, nuestro carácter era violento y hoy, tiempo después, vemos como el Espíritu Santo ha producido en nosotros un carácter seguro, pero pacífico.
Ø Vinimos al Señor con un vocabulario perverso y sucio, y hoy nuestras palabras son limpias y edificantes.
© Eso significa ser transformado de gloria en gloria a la imagen de Cristo.
Los cambios que suceden en nuestras vidas, por el poder del Espíritu de Dios, siempre son para nuestro bien y para la gloria del Señor. Vale la pena ser transformado en una mejor persona por el poder de Dios.
CONFESIÓN DE FE:
DECIDO PERMITIR SER TRANSFORMADO DE GLORIA EN GLORIA POR EL PODER DE DIOS PARA MANIFESTAR EL CARÁCTER DE CRISTO EN MI VIDA, Y SER ASÍ UNA MEJOR PERSONA, LIBRE, Y UN VERDADERO SEGUIDOR DE CRISTO.
ORACIÓN:
Señor Jesús, El HaKavod, Dios de Gloria (Salmo 29:3). Mi amado Señor, Tu eres Dios mismo, el Espíritu de Dios es Tu esencia, eres hermoso y la fuente de toda belleza y creatividad. Hoy quiero darte gracias por esa creatividad manifestada en la transformación que has generado en mi estilo de vida, que maravilloso es experimentar los cambios que has hecho y poder vivir y gozar de Tu Gloria. Mi Señor y Salvador Jesucristo, hoy te doy muchas gracias por todo lo que me has cambiado, y te pido que sigas trabajando en mí para ser transformado de gloria en gloria a Tu preciosa imagen, de manera que llegue a la medida de la estatura de la plenitud tuya, un varón maduro espiritual y físicamente, libre y que pueda ser llamado un verdadero seguidor de Cristo. Amén.
Juan Manuel Lamus O.