jueves, 25 de enero de 2018

CULPA

 

ISAIAS 55:7,8 Que el perverso deje de hacer el mal y el inicuo deje sus malos pensamientos. Que se vuelvan al Señor, y así Él tendrá compasión de ellos. Que se vuelvan a nuestro Dios, porque Él es generoso para perdonarlos. El Señor dice: "Mis pensamientos no son como los de ustedes, ni tampoco mi manera de obrar". (P.D.T.)

 

 De cómo ser libre de la culpa y obtener la victoria sobre ella.

La iglesia en la que crecí podía resumir gran parte de su teología en una sola declaración: "No debes".

 

No recuerdo haber escuchado hablar del amor de un Padre, ni de cómo vivir la vida cristiana. Lo que aprendí fue que un Dios iracundo me castigaría si no obedecía todas las reglas; parecía que había reglas para todo, incluyendo lo que podía leer, vestir o hacer. Siendo adolescente, pasé mucho tiempo rogando a Dios que me perdonara por una u otra tontería, llevaba siempre conmigo un peso de culpa y de preocupación adondequiera que iba. Me parecía que nunca podía ser suficientemente bueno. En realidad, las reglas eran una carga para mí y, puesto que pensaba que Dios las había establecido, Él también era una carga pesada de llevar.

 

En mis últimos 23 años de adulto, como verdadero seguidor de Cristo, entendí que mi percepción de Dios estaba equivocada. Él es bueno, tierno y misericordioso. Los mandamientos que dio fueron hechos para mantenernos libres de peligros y de sentimientos de culpa; y aunque volvamos las cosas un caos, no hay condenación para los que están en Cristo (Romanos 8:1). Eso quiere decir que Él perdona nuestro pecado y borra las rebeliones, y que no las recuerda nunca más (Isaías 43:25). Es posible que tengamos que vivir con las consecuencias, pero nunca con el peso de la culpa.

 

♥ No siga tambaleándose bajo el peso de la culpa, deposítela ante un Dios tierno y misericordioso, que le ofrece un yugo fácil y liviano (Mateo 11:30). Es tiempo de obtener la victoria sobre la culpa, pues Jesús ya no la quito.

 

CONFESIÓN DE FE:

HOY ESTOY PLENAMENTE CONVENCIDO DE QUE DIOS NO ES UNA CARGA, SINO QUE ÉL ES QUIEN LAS LLEVA (SALMO 68:19), QUE ÉL PUSO MIS PECADOS SOBRE EL SEÑOR JESUCRISTO, ALIVIÁNDOME DE ESE PESO, LIBERÁNDOME DE LA CULPA Y DÁNDOME LA VICTORIA SOBRE ELLA.

 

ORACIÓN:

Padre Celestial, amoroso, misericordioso y perdonador eres Tú, Elohim Selichot, Dios del perdón (Nehemías 9:17). Yo sé que está en tu naturaleza el perdonar, y que tu deseo es concedernos siempre el perdón por todas nuestras faltas y rebeliones y hacernos libres de la culpa, dándonos la victoria sobre ella. Por eso hoy quiero darte gracias, infinitas gracias, y a la vez vengo a tu Presencia a depositar toda la carga de culpa que pueda sentir, apropiándome de la promesa de libertad que Tú me has dado y de llevar esas cargas. Por eso hoy en Ti las deposito, acogiéndome a tu ternura y misericordia, pues tu enseñanza es fácil de poner en práctica y libera del sentimiento de culpa que el enemigo siempre quiere poner en nosotros. Gracias mi Señor, Salvador y Perdonador Jesucristo por darme hoy, y para siempre, la victoria sobre la culpa. Amén.


Juan Manuel Lamus O.