lunes, 16 de septiembre de 2019

DIGNO 2

 

1 PEDRO 1:3-5 Que toda la alabanza sea para Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo. Es por su gran misericordia que hemos nacido de nuevo, porque Dios levantó a Jesucristo de los muertos. Ahora vivimos con gran expectación y tenemos una herencia que no tiene precio, una herencia que está reservada en el Cielo para ustedes, pura y sin mancha, que no puede cambiar ni deteriorarse. Por la fe que tienen, Dios los protege con su poder hasta que reciban esta salvación, la cual está lista para ser revelada en el día final, a fin de que todos la vean. (NTV)

 

¡Jesús! Un hombre digno de nuestra esperanza.

La resurrección de Cristo no está abierta para el debate teológico. Hay quienes piensan que es suficiente creer que Jesús vivió y murió. Sin embargo, la restauración de nuestro Salvador a la vida es vital para lo que Él decía acerca de su identidad, y para el cristianismo como fe.

 

Retomando nuestra pregunta del devocional del viernes, debemos preguntarnos:

¿Qué hombre es éste, que se levantó de los muertos?

1.     La principal respuesta es que Jesucristo es el Hijo de Dios que murió por nuestros pecados y resucitó, porque la muerte no tenía ningún poder sobre Él. La resurrección validó todo el ministerio de Jesús. Desde el principio, Él dijo e hizo cosas para revelar que era el Señor. Cuando el Cordero de Dios venció la muerte, confirmó su identidad.

 

2.    También podríamos responder a la pregunta diciendo que ese hombre que regresó de los muertos es digno de nuestra esperanza. Puesto que Jesucristo confirmó el poder de Dios para dar la vida eterna a sus seguidores, la existencia terrenal de éstos no está destinada a tener un final, sino que es el primer capítulo de una relación hermosa e infinita con Dios. El apóstol Pablo dijo que, al morir, los cristianos están ausentes del cuerpo y presentes al Señor (2 Corintios 5:8). ¡Así que, lo mejor está por venir!

 

Sin la resurrección de Jesús no hay ninguna esperanza. Las personas que buscan su propia versión de la inmortalidad no tienen seguridad de la vida después de la muerte, porque no hay ninguna. Pero los seguidores de Cristo enfrentamos el final de la vida terrenal con la confianza de que nada puede separarnos del amor de Dios.

 

¡¡¡La muerte para un cristiano, es apenas un breve viaje al Hogar Celestial,

porque la resurrección de Jesús lo hace un hombre digno de nuestra esperanza!!!

 

CONFESIÓN DE FE:

DESPUÉS DE CONSIDERAR LO ANGUSTIADOS QUE ESTARÍAMOS SIN LA RESURRECCIÓN, REGOCIJÉMONOS AUN MÁS POR LA GRANDEZA DE NUESTRA SALVACIÓN GRACIAS A JESÚS; ¡VIVIREMOS! ÉL ES DIGNO DE NUESTRA ESPERANZA.

 

ORACIÓN:

Señor Jesús, El Yeshuati, Dios de mi Salvación (Isaías 12:2). Padre Celestial, Dios Misericordioso, Tú mismo eres la fuente de salvación y has querido salvar a toda la humanidad por medio del sacrificio de tu Hijo Jesús en la Cruz del Calvario, pero más que eso nos has dado la oportunidad de la resurrección, por eso es por lo que cada individuo debe personalmente conocerlo como el "Dios de Mi Salvación". Gracias Padre Celestial porque hoy podemos regocijarnos en esta absoluta verdad, nuestro Salvador vive, nuestros pecados han sido perdonados, la muerte ha sido derrotada y tenemos la seguridad de una vida eterna y gloriosa al lado tuyo en el Cielo, esa es nuestra esperanza gloriosa. He orado en el Poderoso Nombre de nuestro Señor Jesucristo resucitado ¡Amén!


Juan Manuel Lamus O.