jueves, 28 de diciembre de 2017

¿HUYENDO?

 

JONÁS 1:1-4...9-17 El Señor le dio el siguiente mensaje a Jonás, hijo de Amitai: "Levántate y ve a la gran ciudad de Nínive. Pronuncia mi juicio contra ella, porque he visto lo perversa que es su gente". Entonces Jonás se levantó y se fue en dirección contraria para huir del Señor. Descendió al puerto de Jope donde encontró un barco que partía para Tarsis. Compró un boleto, subió a bordo y se embarcó rumbo a Tarsis con la esperanza de escapar del Señor. Ahora bien, el Señor mandó un poderoso viento sobre el mar, el cual desató una violenta tempestad que amenazaba con despedazar el barco… Échenme al mar, contestó Jonás, y volverá la calma. Yo sé que soy el único culpable de esta terrible tormenta. Sin embargo, los marineros remaron con más fuerza para llevar el barco a tierra, pero la tempestad era tan violenta que no lo lograron. Entonces clamaron al Señor, Dios de Jonás: "Oh Señor, le rogaron, no nos dejes morir por el pecado de este hombre y no nos hagas responsables de su muerte. Oh Señor, has enviado esta tormenta sobre él y solo tú sabes por qué". Entonces los marineros tomaron a Jonás y lo lanzaron al mar embravecido, ¡y al instante se detuvo la tempestad! Los marineros quedaron asombrados por el gran poder del Señor, le ofrecieron un sacrificio y prometieron servirle. Entre tanto, el Señor había provisto que un gran pez se tragara a Jonás; y Jonás estuvo dentro del pez durante tres días y tres noches. (NTV)

 

 Lecciones de un fugitivo.

Se nos dice que el profeta Jonás compró un boleto para huir a Tarsis en un intento por escapar de la Presencia del Señor y de ese modo evitar la tarea que Dios le había dado. Es probable que ninguno de nosotros reservaría un pasaje de avión para ir a un país lejano intentando escapar de la Presencia de Dios. Sin embargo, personas que aman a Dios, algunas veces, tratan de huir de Él de muchas maneras diferentes y terminan experimentando miserias como las de Jonás.

 

Mientras huía del Señor, el profeta Jonás olvidó cosas que todos debemos recordar:

1.   Jonás pensó que huir de Dios le evitaría tener que obedecer. Probablemente nunca imaginó cuán persistente puede ser el Señor cuando nos llama a un lugar de destino y a una labor determinada.

2.   Jonás descubrió que es imposible huir de Dios. Su amor nos persigue, aun hasta las profundidades del mar para conformarnos a su voluntad y a su plan para nuestras vidas. Dios simplemente no se verá impedido por nuestra desobediencia.

3.   Jonás entendió que el desobediente cae. Había olvidado también la verdad de que la dirección de la desobediencia es siempre hacia abajo. La Biblia nos dice que, el reacio profeta, descendió inicialmente a Jope. Allí encontró una nave y se introdujo en el fondo de la misma y antes de que se diera cuenta estaba en lo profundo del mar, e incluso había descendido a los cimientos de los montes (Jonás 2:6).

 

♥ Recuerda, cuando se está huyendo de Dios, no hay lugar donde esconderse, ni siquiera en el fondo del mar. 

 

CONFESIÓN DE FE:

SÉ QUE TODA MI VIDA ES SIEMPRE VISIBLE PARA EL SEÑOR. ASÍ QUE, EN VEZ DE ESTAR HUYENDO DE SU PRESENCIA, LA ACEPTARÉ CON BENEPLÁCITO, Y CUMPLIRÉ OBEDIENTEMENTE CON LOS PLANES QUE HA DESTINADO PARA MÍ.

 

ORACIÓN:

Señor Jesús, El Kurios, Soberano Rey y Señor (1 Timoteo 6:15). Dios y Señor mío, Tú eres Aquel que es Soberano sobre la vida y la creación, quien gobierna la vida de nosotros, tu pueblo escogido, y lo haces todo para nuestro bien. Hoy quiero darte gracias por ser el Señor de mi vida, porque sé que, estando sujeto, siendo obediente a tus preceptos y siguiendo tus planes para mi vida, seré bendecido con poder de lo alto, de manera que nada ni nadie pueda contra mí, y además pueda servirte con denuedo y responsabilidad. He orado en el Poderoso Nombre de Jesús. Amén.


Juan Manuel Lamus O.