miércoles, 19 de octubre de 2022

MINISTERIO, MATRIMONIO Y FAMILIA

 

1 TIMOTEO 3:4 [El líder] Debe dirigir bien a su propia familia, y que sus hijos lo respeten y lo obedezcan. Pues, si un hombre no puede dirigir a los de su propia casa, ¿cómo podrá cuidar de la Iglesia de Dios? (NTV)

PROVERBIOS 11:28 "Explota o abusa de tu familia, y terminarás con un puñado de aire". (B. El Mensaje)

 

De las prioridades del ministerio, el matrimonio y la familia, presentadas como derrotero para llevar a cabo el llamado de Dios con denuedo, equilibrio y efectividad.

 

Tal vez el error más común que cometen los líderes cristianos es descuidar sus matrimonios y familias por dedicarse a sus ministerios. Ellos se justifican diciendo que su sacrificio es "por la Obra de Dios".

Este error se remedia cuando el ministro que hace discípulos se da cuenta que su verdadera obediencia y devoción a Dios es reflejada por las relaciones con su esposa y sus hijos. Un ministro no puede decir que es entregado a Dios, si no ama a su esposa como Cristo ama a la iglesia, o si se niega a pasar el tiempo necesario con sus hijos para criarlos en el cuidado y amonestación del Señor (Efesios 6:4). Inclusive, el dejar a un lado a la esposa y a los hijos por causa del "ministerio" es usualmente una prueba clara de un ministerio carnal que se hace en el poder y fuerza de uno mismo. Muchos pastores institucionales que cargan con mucho trabajo son un ejemplo de esto, pues siempre se encuentran exhaustos por mantener todos los programas en orden.

Cristo promete que su yugo es fácil y su carga ligera. (Mateo 11:30)

 

Dios no llama a ningún ministro para que muestre su devoción

por el mundo y la iglesia dejando a su familia sin su amor, de hecho,

un requisito para cualquier anciano es que debe gobernar bien su casa, pues…

¡¡¡Sus relaciones con su familia son la prueba de su ejercicio en el ministerio!!!

 

Aquellos que son llamados a viajar por causa del ministerio y/o que deben pasar mucho tiempo lejos de sus familias, deben pasar tiempo extra con ellos cuando se encuentran en casa. Los miembros del Cuerpo de Cristo deben hacer todo lo que se encuentre a su alcance para hacer tales arreglos posibles. El ministro que hace discípulos se da cuenta que su propia esposa e hijos son sus primeros discípulos; si falla en esta tarea, no tendría derecho de discipular a otros fuera de casa.

 

Reconocer el problema es solamente el comienzo de nuestra responsabilidad como líderes, entonces debemos crear y ejecutar un plan para proteger nuestro matrimonio y la familia.

 

CONFESIÓN DE FE:

ESTOY CONVENCIDO DE QUE, A PESAR DE LOS RETOS, DEBO BALANCEAR EL MINISTERIO, CON MI MATRIMONIO Y MI FAMILIA, O PUEDO SER VÍCTIMA DE LAS TRAMPAS DE SATANÁS Y ENTONCES CAUSAR REPROCHE AL NOMBRE DE DIOS EN VEZ DE GLORIA.

 

ORACIÓN:

Padre Celestial, Elohim Kol Basar, Dios de todo Ser Viviente (Jeremías 32:27). Mi amado Dios y Señor Jesucristo, yo sé que Tú, El Todopoderoso, has creado a todos los seres sobre la tierra y demandas que nos conformemos a tus planes para nosotros; y uno de ellos, y tal vez de los más importantes y trascendentales para la sociedad, es que edifiquemos familias firmes, saludables y amorosas, pero también que las pongamos al servicio de tu Reino, y es por eso por lo que hoy vengo a tu presencia, Espíritu Santo, para que me guíes en esta tarea, y a Ti, mi amado Señor Jesucristo, para que por medio de tus enseñanzas encuentre yo las claves para lograrlo y salir avante siendo equilibrado y exitoso en tan honrosa labor a la cual el Padre Celestial me llamó. Así que te doy gracias de antemano Dios y Señor Todopoderoso por escogerme para el ministerio y encomendarme una familia para edificar en la "Roca Fuerte" que eres Tú; he orado en tu Poderoso Nombre, Jesús ¡Amén!


Pr. Juan Manuel Lamus Ogliastri