martes, 8 de abril de 2014

GUERRA

GUERRA

 

ROMANOS 13:3,4 Los gobernantes, en efecto, no están para intimidar a los buenos, sino a los malos. ¿Aspiras a no tener miedo de la autoridad? Pues pórtate bien, y sólo elogios recibirás de ella, ya que está al servicio de Dios para hacer el bien. Pero, si te portas mal, teme lo peor, pues no en vano está dotada de poderes eficaces al servicio de Dios para castigar severamente a los que hacen el mal. (B.L.P.H.)

 

©      Lo que piensa Dios sobre la guerra, es decir la batalla entre el bien y el mal.

La guerra es un tema muy controversial, tanto dentro como fuera de la iglesia. De manera que, quienes siguen a Cristo harían bien en escudriñar las Sagradas Escrituras y preguntarse:

©      ¿Qué piensa el Señor sobre la guerra?

 

Para lograr tener una comprensión adecuada, debemos considerar que la guerra es una consecuencia natural del pecado. Algunos conflictos se alimentan de intenciones siniestras, pero otros son una batalla entre el bien y el mal. Dios aborrece el derramamiento de sangre, pero si el mal no es resistido con fuerza, los inicuos se impondrán.

 

El Señor estableció el gobierno como un medio de auspiciar el bien y restringir el mal. La posición de autoridad proviene directamente de Él. Sin embargo, algunos gobernantes abusan del poder y actúan perversamente, haciendo que la guerra sea inevitable. Cuando los malos atacan, negarse a combatirlos es renunciar a la responsabilidad de proteger a los inocentes y castigar a los perversos.

 

La Biblia ofrece evidencia de que Dios a veces usa la guerra para lograr sus propósitos. Él ordenó a los israelitas que pelearan por la posesión de la tierra que les había prometido (Deuteronomio 20:1…17,18). También utilizó la guerra para juzgar y castigar a las naciones impías (Jeremías 25:12-14), e incluso para disciplinar a su propio pueblo (Jeremías 5:15-17).

 

©      Al pensar en este tema, recuerde que el propósito de Dios es la destrucción de la maldad, no de las personas, Él nos adiestra y nos amonesta, pues siempre habrá una batalla entre el bien y el mal.

 

CONFESIÓN DE FE:

EN LA BATALLA FINAL, JESÚS DERROTARÁ EL PECADO Y LA MUERTE, CESARÁN LAS GUERRAS, Y REINARÁ LA JUSTICIA (APOCALIPSIS 19:11-16). HASTA ESE DÍA, ESTAREMOS EN LA TIERRA PARA HACER NUESTRA PARTE EN LA DERROTA DEL MAL.

 

ORACIÓN:

Señor Jesús, Jehová Sabaot, el Señor de los Ejércitos (1 Samuel 1:11). Tu, mi amado  Señor eres el ser más poderoso y el más grande guerrero en el universo. Tu, Adonai, el Rey de reyes y Señor de señores, eres el general de tus ejércitos en el cielo y en la tierra, eres el Supremo comandante en jefe. Por tanto no temeré a la autoridad y confiado estaré, que ella de la mano de Dios, trabajara por establecer el Reino de Dios en la tierra y el triunfo del bien sobre el mal, teniendo en cuenta los designios y preceptos del creador. Gracias Dios mío porque tus principios y valores han sido, son y serán la guía perfecta para esta sociedad que tanto te necesita y las armas más efectivas para que el bien triunfe sobre el mal. Amén.

 

Juan Manuel Lamus O.