viernes, 30 de julio de 2021

LEGALISMO RELIGIOSO

 

GÁLATAS 5:1-4 Por lo tanto, Cristo en verdad nos ha liberado. Ahora asegúrense de permanecer libres y no se esclavicen de nuevo a la ley. ¡Presten atención! Yo, Pablo, les digo lo siguiente: si dependen de la circuncisión para hacerse justos ante Dios, entonces Cristo no les servirá de nada. Lo repito: si pretenden lograr el favor de Dios mediante la circuncisión, entonces están obligados a obedecer cada una de las ordenanzas de la ley de Moisés. Pues, si ustedes pretenden hacerse justos ante Dios por cumplir la ley, ¡han quedado separados de Cristo! Han caído de la Gracia de Dios. (NTV)

 

Del legalismo que nos hace esclavos de la religión, nos detiene y no nos permite vivir ni compartir con eficacia la gracia y la libertad que Dios nos impartió por medio de Cristo.

 

Legalismo = Viviendo bajo toque de queda.

Un hombre, quien naciera y creciera en un país gobernado por una dictadura militar estricta, emigró a los Estados Unidos, convirtiéndose en ciudadano de este país. El hombre decidió celebrar su nueva ciudadanía haciendo algo de turismo por la ciudad donde vivía. Se estaba divirtiendo tanto que no se dio cuenta que se acercaba la puesta del sol. Pero tan pronto como la luz del sol desapareció y la oscuridad comenzó a descender, el reciente ciudadano americano entró en pánico. Corrió hasta un taxi y le pidió al conductor que lo llevara a casa lo más pronto posible. El conductor se sorprendió y trató de tranquilizarlo. Cuando le preguntó por qué tenía que llegar a casa tan rápidamente, el hombre gritó:

¡Porque yo no quiero violar el toque de queda y ser arrestado!

 

El problema era que en el país de donde venía, el gobierno había impuesto un estricto toque de queda. Todo el mundo debía estar fuera de las calles a la puesta del sol o arriesgarse a ser detenido. El conductor del auto sonrió cuando se dio cuenta del problema. Con calma le explicó que donde estaban no había ningún toque de queda y que no había problema para movilizarse con libertad. El ciudadano novato simplemente aún no había aprendido a deshacerse de las ataduras del país de donde venía.

Era libre pero no vivía como si lo fuera.

 

Muchos cristianos, ciudadanos del Cielo que han sido liberados por la Gracia de Dios en Cristo, no han aprendido a deshacerse de las ataduras de su nacimiento en Adán. Ellos cantan y hablan de la libertad, pero viven bajo un sistema opresivo de las normas religiosas que les envía corriendo a casa a la puesta del sol, por así decirlo. Este sistema religioso opresivo se llama legalismo, y es absolutamente contrario a la libertad que hemos adquirido en Cristo, sin embargo, muchos cristianos se encuentran detenidos como rehenes del antiguo régimen. Hay una verdad general que quiero transmitirle hoy, es esta:

 

¡¡¡Cuando uno es salvo, es llevado a un nuevo régimen!!!

Hemos sido liberados por la Gracia magnífica de Dios,

y ya no aplican las reglas antiguas, el legalismo religioso

 

Ahora, yo estoy consciente de que la aplicación de la verdad que conocemos puede ser otra historia. Así que debemos entender qué es el legalismo, y cómo nos aprisiona, antes de que podamos comprender cómo romper sus cadenas y apreciar plenamente la libertad que poseemos en Cristo.   

 

CONFESIÓN DE FE:

SÉ QUE LA PALABRA DE DIOS HACE TODO LO POSIBLE PARA COMBATIR EL LEGALISMO RELIGIOSO Y ESTABLECERME EN LA GRACIA, ASÍ QUE VOY A ENCONTRAR LA MANERA DE ROMPER LAS CADENAS Y SER REALMENTE LIBRE POR MEDIO DE APLICAR SUS VERDADES A MI VIDA.

 

ORACIÓN:

Padre Celestial, Jehová Tsidkenu, el Señor que nos Justifica (Jeremías 33:16). Mi amado Dios y Señor Jesucristo, sé que Tú eres perfectamente justo y recto en todo lo que dices y haces, y que al entrar a una relación personal de fe contigo es lo que nos hace rectos, y es por esto que quiero darte gracias hoy mi Señor, pues por tu gracia la rectitud salvadora última no proviene de guardar mandamientos o hacer buenas obras sino de tener una relación correcta contigo, de manera que somos declarados justos por Ti. Ahora sé que no debo seguir siendo preso, como en toque de queda, pues la misma salvación provista por Ti me da la oportunidad de someterme a un nuevo régimen, aquel que por la magnífica Gracia tuya me hace libre de cualquier legalismo religioso impuesto por la ley. Gracias, mi Señor y Libertador Jesucristo; he orado en tu Poderoso Nombre ¡Amén!


Pr. Juan Manuel Lamus Ogliastri