sábado, 11 de septiembre de 2021

☝🏼 TRES COSAS QUE NOS PUEDE ENSEÑAR UN NIÑO ☝🏼

 

☝🏼 Hay 3 cosas, de muchas, que un niño puede enseñar a un adulto y que le pueden aprovechar en su vida si las pone en práctica:

 

1.     Ponerse contento sin motivo.

 

Un adulto debe tener un motivo para estar feliz.

Un niño no; cualquier cosa lo hace sonreír y disfrutar.

 

2.    Estar siempre ocupado con algo.

 

Queremos avanzar y no tenemos la capacidad de concentrarnos como lo hace un niño en el juego, perdemos valioso tiempo pereceando.

Los niños siempre están ocupados, aunque sea por pequeños tiempos, pero siempre utilizan el tiempo al máximo.

 

3.    Saber exigir con todas sus fuerzas aquello que desea.

 

¿Has visto lo decididos que son los niños cuando piden algo? sin embargo, nos molesta y los obligamos a que se calmen.

Pero si tuviéramos un poquito de su decisión para lograr algo, que montón de cosas hubiéramos alcanzado ya. A veces necesitamos "hacer pataletas" y procurar lograr lo que queremos por todos los medios.

 

CONCLUSIÓN:

Si pudiéramos olvidar tan rápido la frustración, podríamos avanzar más en un día de trabajo.

Si pudiéramos ver con ojos de niño la vida, nos daríamos cuenta de que muchas veces estamos perdiéndonos las maravillas que hay a nuestro alrededor.

 

¡¡¡Si los adultos viviéramos con la misma intensidad que viven los niños,

nuestra vida sería tan placentera y feliz, estaríamos menos estresados y frustrados!!!

 

MATEO 18:2-4

Jesús llamó a un niño pequeño y lo puso en medio de ellos. Entonces dijo:

Les digo la verdad, a menos que se aparten de sus pecados y se vuelvan como niños, nunca entrarán en el Reino del Cielo. Así que el que se vuelva tan humilde

como este pequeño es el más importante en el Reino del Cielo.

(NTV)

 

Un Abrazo, Dios te bendiga y te guarde, haga resplandecer su rostro sobre ti,

y tenga de ti misericordia; y permita que prosperes en todas las áreas de tu vida,

y derrame sobre ti muchas bendiciones de Vida, Paz, Amor, Salud

y mucha Prosperidad



Pr. Juan Manuel Lamus Ogliastri