martes, 15 de febrero de 2022

FIRMEZA = PODER

 

DANIEL 6:10-16 Cuando Daniel supo que había sido firmado el documento, entró en su casa (en su aposento superior tenía ventanas abiertas en dirección a Jerusalén), y como lo solía hacer antes, continuó arrodillándose tres veces al día, orando y dando gracias delante de su Dios. Entonces estos hombres, de común acuerdo, fueron y encontraron a Daniel orando y suplicando delante de su Dios; por lo cual se presentaron ante el rey y le hablaron tocante al mandato real:

-       ¿No firmaste un mandato que cualquier hombre que en el término de treinta días hiciera petición a cualquier dios u hombre fuera de ti, oh rey, fuera echado en el foso de los leones?

El rey respondió, y dijo:

-       La orden es cierta, conforme a la ley de los medos y persas, que no puede ser revocada.

Entonces ellos respondieron y dijeron al rey:

-       Daniel, que es uno de los deportados de Judá, no te hace caso, oh rey, ni del mandato que firmaste, sino que tres veces al día hace su oración.

Al oír estas palabras, el rey se afligió mucho y se propuso librar a Daniel; y hasta la puesta del sol estuvo buscando la manera de librarlo. Entonces aquellos hombres vinieron de común acuerdo al rey y le dijeron:

-       Reconoce, oh rey, que es ley de los medos y persas que ningún mandato o edicto que el rey establezca, puede ser revocado.

El rey entonces dio órdenes que trajeran a Daniel y lo echaran en el foso de los leones. El rey habló a Daniel y le dijo:

-       Tu Dios, a quien sirves con perseverancia, Él te librará. (LBLA)

 

Del poder de la firmeza. (Leer Daniel 6:1-28)

 

Si nos comprometemos con Dios y mantenemos

la firmeza de nuestras convicciones, no podemos

ni siquiera imaginar lo que Dios hará por medio nuestro…

¡¡¡Será Poderoso!!!

 

Vivimos en un mundo que rehúye la perseverancia, y en el que la capacidad de seguir adelante en la adversidad es poco frecuente. Por ejemplo, si un trabajo es difícil o aburrido es muy común que las personas renuncien y busquen otro. O cuando un matrimonio se vuelve estresante e infeliz, a menudo parece más fácil darse por vencido y divorciarse. Lamentablemente, esta falta de compromiso es evidente incluso entre los creyentes. A muchos no les resulta fácil mantener un tiempo de quietud con el Señor, el agotamiento, las ocupaciones y las prioridades incorrectas hacen que dejen pasar ese tiempo.

 

En el pasaje que estudiamos hoy podemos ver que Daniel era un hombre de lealtad firme. Incluso la amenaza de muerte no interfirió con su práctica de orar tres veces al día. Sátrapas y comisionados celosos vieron esta devoción constante a Dios como una oportunidad para tenderle una trampa. Pero las palabras del rey muestran que él creía que esa sería la clave para la salvación de Daniel:

🙏🏼 "Tu Dios, a quien sirves con perseverancia, Él te librará". (Vs.16)

 

Las descripciones de Daniel que leemos en la Biblia son impresionantes: influyó en naciones y líderes poderosos. Pero ¿ha considerado usted que Dios utilizó a Daniel gracias a su inquebrantable obediencia y adoración?

Si usted se compromete con Dios, imagínese lo que Dios hará por medio de su vida.

 

CONFESIÓN DE FE:

QUÉ SEGURIDAD TAN GRANDE PUEDO TENER COMO HIJO DE DIOS, PUES PUEDO DESCANSAR EN PAZ Y PLENA CONFIANZA, SABIENDO QUE MI CORAZÓN Y MI VIDA ESTÁN SEGUROS Y FIRMES EN JESUCRISTO, Y ESO ME DA PODER PARA EJERCER CON DENUEDO MI LLAMADO.

 

ORACIÓN:

Padre Celestial, Abba padre, Papito mío (Romanos 8:15). Mi amado Señor Jesucristo, Dios y Padre nuestro, Tú eres inmutable para siempre y Soberano Rey por los siglos de los siglos. Gracias quiero darte hoy Abba, por tus promesas de verdad para mi vida, hoy quiero apropiarme de cada una de ellas, especialmente de aquellas que me dan la potestad de ser llamado hijo tuyo y por lo tanto heredero de tu Reino y de tu Poder, y en las cuales puedo confiar para mantenerme firme en medio de cualquier circunstancia y en cualquier lugar. Gracias, mi amado Señor y Salvador Jesucristo, pues en Ti tengo la certeza y la convicción de que todo lo que prometes lo cumples ¡sí, yo lo creo! he orado en tu Poderoso Nombre ¡Amén!


Pr. Juan Manuel Lamus Ogliastri