lunes, 28 de agosto de 2023

¿MENTIRAS O VERDADES?

 

JUAN 10:1-10 (NTV) "Les digo la verdad, el que trepa por la pared de un redil a escondidas en lugar de entrar por la puerta ¡con toda seguridad es un ladrón y un bandido! Pero el que entra por la puerta es el pastor de las ovejas. El portero le abre la puerta, y las ovejas reconocen la voz del pastor y se le acercan. Él llama a cada una de sus ovejas por su nombre y las lleva fuera del redil. Una vez reunido su propio rebaño, camina delante de las ovejas, y ellas lo siguen porque conocen su voz. Nunca seguirán a un desconocido; al contrario, huirán de él porque no conocen su voz."

Los que oyeron a Jesús usar este ejemplo no entendieron lo que quiso decir, entonces les dio la explicación:

"Les digo la verdad, Yo Soy la puerta de las ovejas. Todos los que vinieron antes que Yo eran ladrones y bandidos, pero las verdaderas ovejas no los escucharon. Yo Soy la puerta; los que entren a través de mí serán salvos. Entrarán y saldrán libremente y encontrarán buenos pastos. El propósito del ladrón es robar y matar y destruir; mi propósito es darles una vida plena y abundante."

 

De la importancia de poder distinguir entre las mentiras de satanás y las verdades del Señor Jesús, y todo con la intención de no dejarnos engañar por el mundo y sus artimañas para destruirnos y no permitirnos vivir plena y abundantemente.

 

Resulta muy triste cuando vemos a personas alejarse de la fe con la cual crecieron, en especial jóvenes; la tristeza reemplaza al gozo cuando ese miembro de la familia o una amistad renuncia a los principios que un día siguió.

 

Alguna vez una mujer me compartió lo que sintió, al ver a su hijo, quien asistía cotidianamente a la iglesia cuando era niño, volverse y revelarse en su adolescencia contra el Dios al cual decía amar. Aquellos fueron años muy tristes para esta madre, hasta que el muchacho se enfrentó a las consecuencias de sus decisiones, comprendió la magnitud de sus actos, reconoció sus errores y decidió volver su rostro nuevamente al Señor a quien había olvidado durante esos años. La mujer dijo:

🔅 ¡La diferencia fue como encender una luz en un cuarto oscuro!

 

En el pasaje que estudiamos hoy, podemos distinguir sobre el contraste entre el gozo de la vida en Cristo y la ansiedad causada por una vida entregada, inclusive sin intención, a satanás.  El enemigo se viste engañosamente como un "ángel de luz" (2 Corintios 11:14), pero su deseo final es arruinar la vida que Dios quiere que disfrutemos.  Satanás es un ladrón que literalmente roba, manipula y destruye; a diferencia de Jesús quien es el dador de vida y vida plena y abundante.  Al pensar un poco más en esto, podemos pensar en Judas, aquel que traicionó a su Maestro; fue engañado y seducido por unas pocas monedas y no pudo soportar el peso de aquella traición, nunca entendió con quien había compartido por tantos años, tuvo a su Señor al lado pero nunca lo conoció, no pudo distinguir entre la mentira del enemigo y la verdad de Cristo.

 

El mundo y sus deseos siempre tratarán de seducirte con sus mejores estrategias,

¿a quién le confiarás tu vida?, ¿al ladrón o al Salvador?

¡¡¡La verdad de Dios es la mejor protección contra las mentiras de satanás!!!

 

CONFESIÓN DE FE:

SÉ QUE LA MEJOR FORMA DE DISTINGUIR ENTRE LAS MENTIRAS DE SATANÁS Y LA VERDAD DE DIOS, ES ESTABLECER UNA ÍNTIMA Y PERSEVERANTE RELACIÓN CON JESUCRISTO, DE MANERA QUE NI EL ENEMIGO NI EL MUNDO ME PUEDAN ENGAÑAR NI SEDUCIR CON SUS ARTIMAÑAS, ENTONCES ASÍ LO HARÉ.

 

ORACIÓN:

Padre celestial, El Emet, Dios de la Verdad (Salmo 31:5). Señor Jesús, Camino, Verdad y Vida eres Tú (Juan 14:6) y el Deot, Dios de todo conocimiento; Dios mío que estás en el Cielo y que me has dado una Palabra, en tu amado hijo Jesucristo, que es completa y verdadera, por ella, con ella y en ella puedo vivir una vida plena y abundante, llena de gozo, felicidad, integridad y bendiciones sobrenaturales y sobreabundantes; y además por medio de ella también puedo reconocer la verdad en medio de las mentiras del enemigo y el mundo, y entonces pararme firme en las convicciones que has impartido a mi vida. Por eso te doy gracias hoy desde lo más profundo de mi corazón, gracias por tu Palabra que es verdad, mi amado Señor, Salvador y Libertador Jesucristo, gracias por darme el discernimiento necesario para no dejarme engañar; he orado en tu Poderoso Nombre ¡Amén!


Pr. Juan Manuel Lamus Ogliastri