lunes, 20 de mayo de 2019

PROMETIDO

 

Romanos 4:18-21 Abraham creyó contra toda esperanza, de modo que vino a ser padre de muchas naciones, de acuerdo con lo que le había sido dicho: Así será tu descendencia. Sin debilitarse en la fe, él tuvo muy en cuenta su cuerpo ya muerto (pues tenía casi cien años) y la matriz muerta de Sara. Pero no dudó de la promesa de Dios por falta de fe. Al contrario, fue fortalecido en su fe dando gloria a Dios, plenamente convencido de que Dios, quien había prometido, era poderoso para hacerlo. (RVA'15)

 

Dios cumple lo que nos ha prometido, solo tenemos que creer.

Llevada a cabo una encuesta informal sobre las oraciones de los creyentes en sus iglesias, se descubrió que la mayoría de la gente realiza uno o dos tipos de oración:

1.   El tipo SOS: que no solo significa "Salva nuestras almas", sino también "Oh Dios, ayúdanos ahora, ya".

2.  El tipo RNP: "Resuelve nuestros problemas". Las personas le pedían al Señor que les ayudara en todas las necesidades, dificultades, pruebas y tentaciones.

 

Lo común referente a todas las oraciones era que las personas querían vidas perfectas, despreocupadas y creían firmemente que eso era lo que Dios les había prometido. La conclusión que sacó de la encuesta fue: "La mayoría quiere que Dios lo haga todo". Sin embargo, Dios no ha prometido vivir nuestra vida por nosotros sino más bien caminar con nosotros a través de nuestra vida. Nuestra parte es creer, ser fieles y obedientes; su parte es dirigirnos, guiarnos, protegernos y ayudarnos.

 

En este poema se reconoce la verdadera naturaleza de la promesa de Dios:

Lo que Dios ha Prometido

Dios no ha prometido cielos siempre azules,

Sendas cubiertas de flores durante toda nuestra vida.

 

Dios no ha prometido sol sin lluvia,

Gozo sin tristeza, Paz sin dolor.

 

Pero Dios sí ha prometido Fuerzas para el día,

Descanso para la noche, Luz para el Camino,

Gracia para las pruebas, Ayuda de lo alto,

Compasión constante, y Amor sin fin.

 

CONFESIÓN DE FE:

HARÉ LO QUE SÉ QUE PUEDO HACER HOY Y LUEGO CONFIARÉ EN DIOS PARA QUE ÉL HAGA LO QUE NO PUEDO HACER YO, PUES ÉL LO HA PROMETIDO.

 

ORACIÓN:

Padre Celestial, El Emet, Dios de la Verdad (Salmo 31:5). Amado rey y Señor nuestro, El Dios Todopoderoso, se que Tú eres la fuente última de la realidad, y todo lo que se relaciona contigo es verdad y es real, y eres quien por medio de sus promesas nos ha sentado en lugares Celestiales juntamente con Cristo Jesús. Gracias quiero darte hoy por tan maravilloso privilegio, pues Tú eres un Dios que promete y cumple. Hoy no vengo a pedirte sino a darte gracias por las abundantes bendiciones que has derramado sobre mi vida y por estar siempre atento, por la paz, las fuerzas, la luz, el descanso, la gracia, la ayuda, la compasión, etc. y especialmente por el amor incondicional manifestado a través de tu hijo amado y Señor nuestro, Jesucristo; he orado en Su Poderoso Nombre ¡Amén!


Juan Manuel Lamus O.