miércoles, 22 de mayo de 2019

¿COMPROMETIDO?

 

LUCAS 9:23-27 Entonces dijo a la multitud:

"Si alguno de ustedes quiere ser mi seguidor, tiene que abandonar su manera egoísta de vivir, tomar su cruz cada día y seguirme. Si tratas de aferrarte a la vida, la perderás, pero si entregas tu vida por mi causa, la salvarás. ¿Y qué beneficio obtienes si ganas el mundo entero, pero te pierdes o destruyes a ti mismo? Si alguien se avergüenza de Mí y de mi mensaje, el Hijo del Hombre se avergonzará de esa persona cuando regrese en Su Gloria y en la Gloria del Padre y de los santos ángeles. Les digo la verdad, algunos de los que están aquí ahora no morirán sin antes ver el Reino de Dios". (NTV)

 

Para estar realmente comprometido es necesaria la muerte al yo, negarse a sí mismo.

Jesucristo fue obediente hasta la muerte (Filipenses 2:8). Mientras que algunos cristianos pueden ser llamados a renunciar a sus vidas para la Gloria de Dios, la mayoría de los creyentes no enfrentarán el martirio. Sin embargo, la muerte requerida de nosotros no es menos real. ¡¡¡Morimos a nuestro yo!!!

 

Los humanos somos seres independientes. Queremos las cosas a nuestra manera, en nuestro momento y en nuestros términos, pero Cristo dijo que cualquiera que quiera ser su seguidor debe negarse a sí mismo (Vs.23 RV). Por supuesto, eso cubre asuntos obvios como hábitos pecaminosos y pensamientos malos, pero también significa que debemos rechazar cosas buenas porque llegan en el momento equivocado o no están dentro del plan de Dios. Para un observador externo, el compromiso del cristiano de obedecer debe parecer extraño, en especial cuando las manos vacías toman una cruz (Vs.23). A veces, seguir al Señor implica sufrimiento o sacrificio.

Lo que los espectadores no pueden ver o experimentar es la profunda satisfacción que obtienen los creyentes al cumplir el compromiso; Cristo dijo:

"Mi comida es que haga la voluntad del que me envió, y que acabe su obra" (Juan 4:34).

Así como la comida es para el cuerpo, la obediencia lo es para el alma y el espíritu.

Trabajar para Dios nutre, energiza, fortalece e ilumina, trayéndonos más satisfacción que los placeres. Aun cuando renunciar a uno mismo duele, obedecer a Dios trae alegría.

Los creyentes que prioricen la sumisión a Él sabrán lo que quiero decir.

 

CONFESIÓN DE FE:

LA SATISFACCIÓN DEL COMPROMISO SE ENCUENTRA EN ACERCARSE AL SEÑOR, SENTIR SU APROBACIÓN, SERVIRLE SIN CONDICIÓN Y ANHELAR ESCUCHAR:

"¡Hiciste bien, siervo bueno y fiel!" (Mateo 25:21 NVI).

 

ORACIÓN:

Padre Celestial, El Emunah, El Dios Fiel (Deuteronomio 32:4). Amado Dios y Señor nuestro, Jesucristo, sé que eres completamente confiable, podemos confiar en Ti completamente, en esta vida y en el destino eterno. El estar siempre a tu lado y dispuesto para realizar el trabajo para el cual Tú me has llamado, el testificar de Ti, servirle a tu pueblo, y por medio de esto honrarte y agradarte, es para mí una prioridad y el compromiso mas importante en mi vida. Hoy clamo a Ti por ayuda para mantenerme en esta actitud, ser valiente y esforzado, y reflejar así a los demás el Cristo que mora en mí sin avergonzarme de Ti ni de tu mensaje. Gracias mi Señor y Salvador Jesucristo por tu fidelidad demostrada generosamente con tu compromiso incondicional en la cruz del Calvario. He orado en tu Poderoso Nombre, Jesús ¡Amén!


Juan Manuel Lamus O.