lunes, 3 de agosto de 2020

¿DESANIMADO?

 

NEHEMÍAS 2:1-5 A comienzos de la siguiente primavera, en el mes de nisán, durante el año veinte del reinado de Artajerjes, le servía el vino al rey y, como nunca antes había estado triste en su presencia, me preguntó:

-       ¿Por qué te ves tan triste? No me parece que estés enfermo; debes estar profundamente angustiado. Entonces quedé aterrado, pero le contesté:

-       Viva el rey para siempre. ¿Cómo no voy a estar triste cuando la ciudad donde están enterrados mis antepasados está en ruinas, y sus puertas han sido consumidas por el fuego? El rey preguntó:

-       Bueno, ¿cómo te puedo ayudar? Después de orar al Dios del cielo, contesté:

-       Si al rey le agrada, y si está contento conmigo, su servidor, envíeme a Judá para reconstruir la ciudad donde están enterrados mis antepasados. (NTV)

 

De cómo vencer el desánimo.

El desánimo puede robar la paz, la alegría y el contentamiento. Pero le tengo una gran noticia si se siente desanimado: ¡usted no tiene que seguir así!

 

He conocido personas que parecían estar en una situación irremediable, pero unos años más tarde, estaban en una situación excelente, ya fuera en términos de sus circunstancias o de sus emociones. ¿La razón? Nunca se dieron por vencidas. En vez de entregarse a la autocompasión, optaron por creerle a Dios, dar un paso de fe, y salir del foso emocional.

 

Nehemías es un buen ejemplo. Tenía todas las razones para sentirse derrotado, pues su gente estaba en aprietos. Después de recibir la noticia de que el muro de la ciudad estaba destruido, este varón de Dios se sintió profundamente triste y desanimado y aunque el dolor inundaba su alma, clamó a Dios buscando su dirección. La tristeza en la presencia del rey se castigaba con la muerte, pero el Señor contestó la oración de Nehemías con un poder grandioso, lo que llevó al rey a notar el semblante triste de su siervo, y a preguntarle después qué podía él hacer para ayudarlo.

Este milagro dio lugar a la reconstrucción del muro de Jerusalén y a la liberación del pueblo de Dios.

 

¡¡¡El Señor Jesucristo puede tomar una situación irremediable, sea cual sea,

y cambiarla de maneras mucho más maravillosas de lo que usted pueda imaginar, venciendo su desánimo!!!

 

¿Vive usted en una espera confiado de lo que el Señor hará?

¿O ha decidido permanecer en las profundidades de la desesperación?

 

CONFESIÓN DE FE:

AL IGUAL QUE NEHEMÍAS, CONVERTIRÉ MI DESÁNIMO EN UNA PETICIÓN DE AYUDA A DIOS. ÉL PUEDE RENOVAR MIS ESPERANZAS Y EVITAR QUE LAS EMOCIONES NEGATIVAS DOMINEN MI VIDA.

 

ORACIÓN:

Padre Celestial, Elohim Mauzi, Dios de mi fortaleza (Salmo 43:2). Mi amado Dios y Señor Jesucristo, yo sé que Tú, El Fuerte, deseas hacernos fuertes. Por eso y mucho más vengo a darte gracias hoy mi Señor, porque cuando me doy cuenta que soy débil, entonces Tú puedes hacerme fuerte, cuando estoy en comunión contigo y mi confianza esta puesta solo en Ti, se que sucederán milagros en mi vida que harán que mi desánimo desaparezca y pueda yo, con las herramientas que Tú me has provisto, dominar las circunstancias y no dejar que ellas me dominen; personas querrán ayudarme y los caminos llenos de obstáculos tu allanaras. Gracias, mi amado Señor y Salvador Jesucristo porque en Ti puedo confiar plenamente y digo, cuando estoy débil y triste, fuerte y feliz soy pues estoy en tu presencia; he orado en tu Poderoso Nombre ¡Amén!


Juan Manuel Lamus O.

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