miércoles, 27 de diciembre de 2017

EL MESÍAS

 

LUCAS 4:16-21 Cuando llegó a Nazaret, la aldea donde creció, fue como de costumbre a la sinagoga el día de descanso y se puso de pie para leer las Escrituras. Le dieron el rollo del profeta Isaías. Jesús lo desenrolló y encontró el lugar donde está escrito lo siguiente: 

-  "El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido para llevar la Buena Noticia a los pobres. Me ha enviado a proclamar que los cautivos serán liberados, que los ciegos verán, que los oprimidos serán puestos en libertad, y que ha llegado el tiempo del favor del Señor". 

Lo enrolló de nuevo, se lo entregó al ayudante y se sentó. Todas las miradas en la sinagoga se fijaron en Él. Después Jesús comenzó a hablarles: 

-  "La Escritura que acaban de oír ¡se ha cumplido este mismo día!". (NTV)

 

 Jesucristo: Nuestro Mesías.

Jesús no andaba haciendo alarde de su poder o grandeza. Puesto que había venido para hacer la voluntad del Padre (Juan 6:38), su prioridad era redimir a los perdidos. Sin embargo, no ocultó su identidad del mundo. Cuando fue necesario, se identificó a Sí mismo como el Mesías.

 

Para mi uno de los sermones más hermosos de Jesús, lo dio a una mujer que sacaba agua de un pozo de Samaria. Después de escuchar la enseñanza de Jesús sobre el agua de vida y sus profecías de un cambio en la manera que la gente adoraría a Dios, la mujer mencionó al Mesías prometido. El Señor respondió: 

-  "Yo Soy, el que habla contigo" (Juan 4:26). 

La reacción de la mujer fue reunir al mayor número posible de personas que pudo, para que escucharan a este hombre que conocía la historia de su vida, y que le ofrecía amor y redención, a pesar de todo.

 

Cuando llegó el momento para que Jesús revelara su identidad a los sacerdotes y a los líderes religiosos, lo hizo leyendo la profecía de Isaías 61, y diciendo luego que ésta se había cumplido (Vs.18-21). Anunció que Él era Aquel que predicaría buenas nuevas a los pobres, liberación a los cautivos, y que daría vista a los ciegos. No utilizó la palabra "Mesías", ni tenía que hacerlo. Todo Israel sabía que las palabras de Isaías se aplicaban al "Ungido" de Dios. A algunos pensadores modernos les gustaría marginar a Jesús como simplemente un hombre bueno con un mensaje de amor, pero Él fue el primero en proclamarse a Sí mismo como más que eso, como el Mesías, nuestro Señor, Redentor y Salvador. 

 

CONFESIÓN DE FE:

ESTOY PLENAMENTE CONVENCIDO QUE JESÚS ES EL HIJO DE DIOS, NACIDO DE UNA VIRGEN, QUE VINO A LLEVAR LOS PECADOS DE LA HUMANIDAD Y A MORIR EN LA CRUZ. ÉL ES EL MESÍAS, NUESTRO SALVADOR.

 

ORACIÓN:

Señor Jesús, Yeshua Hamashiaj, El Mesías, Dios de mi Salvación (Isaías 12:2). Mi señor y Dios Misericordioso, Tú mismo eres la fuente de salvación y has querido salvar a toda la humanidad por medio del sacrificio de tu hijo Jesús, pero más que eso nos has dado la oportunidad de la resurrección, por eso es que cada individuo debe personalmente conocerlo como el "Dios de Mi Salvación". Gracias Padre Celestial porque hoy podemos regocijarnos en esta absoluta verdad, nuestro Salvador nació y vive, nuestros pecados han sido perdonados, la muerte ha sido derrotada y tenemos la seguridad de una vida eterna y gloriosa al lado tuyo en el cielo. He orado ene el Poderosos Nombre de Jesús. Amén.


Juan Manuel Lamus O.