lunes, 28 de septiembre de 2020

LA CURA DE LA ALABANZA

 

SALMOS 103: 1-3 Bendice, alma mía, a Jehová, y bendiga todo mi ser su santo nombre. Bendice, alma mía, a Jehová, y no olvides ninguno de sus beneficios. El es quien perdona todas tus iniquidades, El que sana todas tus dolencias; (VR60)

 

Alabanza es exaltar a Dios por lo que Él hace por nosotros.

 

A través de los tiempos, la gente ha estado en busca de curas milagrosas para sus enfermedades, afecciones, dolores y sufrimientos. Actualmente por todo el mundo, la gente está buscando ayuda y alivio al dolor y al sufrimiento, y muchos están dispuestos a pagar mucho dinero para obtener la cura a sus dolencias. Sin embargo, la Biblia nos habla de una cura que no cuesta nada ¡Una cura que ya quedó paga!

 

¡La muerte y resurrección de Jesucristo se nos proveyó una cura que no nos cuesta nada! Y si la administramos fielmente, ésta obrará en todo tiempo.

¡¡¡El nombre de esta cura se llama alabanza!!!

 

Aquellos que hemos nacido de nuevo y comprendemos la gracia, el poder y la fidelidad de Dios tenemos el derecho de apropiarnos de las bendiciones de la alabanza en nuestras vidas.

 

La más grande cura conocida para la humanidad puede ser hallada cuando se alaba a Dios. La más grande liberación conocida para el hombre está al alcance de cada creyente sobre esta tierra: se encuentra alabando a Dios con un corazón sincero, lleno de amor y gratitud.

 

¡La cura de la alabanza está fundamentada en la Palabra de Dios! Por esto es que es tan efectiva y da garantía de buenos resultados en medio de las dificultades.

 

¡¡¡La cura de la alabanza es una que nunca falla,

actúa en cualquier circunstancia o situación y es agradable y efectiva!!!

 

CONFESIÓN DE FE:

JESÚS PAGÓ EL MÁS ALTO PRECIO PARA DARME VIDA ETERNA, SANIDAD Y LIBERTAD PARA ALABARLE. POR TANTO, CON UN CORAZÓN AGRADECIDO, PERMITIRÉ QUE LA ALABANZA SE CONVIERTA EN UN ESTILO DE VIDA EN Mí Y DEJARÉ QUE SUS ALABANZAS FLUYAN CONTINUAMENTE DE MIS LABIOS.

 

ORACIÓN:

Padre Hermoso, Elohay Tehilati - Dios de mi alabanza (Salmo 109:1). Mi amado Dios, te alabo por que eres tan bueno, ¡en todo tiempo lo eres! Te doy gracias por que la Sangre del Señor Jesucristo en el calvario compró y puso en acción la cura de la alabanza en mi vida. Te pido que en medio de las dificultades me recuerdes que Tú eres supremamente merecedor de mis alabanzas y que, en toda circunstancia o necesidad, mi alabanza y gratitud genuinas traerán buenos resultados a mi vida. Te amo precioso Señor, mi redentor y sanador; he orado en el Poderoso Nombre de Jesús ¡Amén!

 

Paula Andrea Lamus C.

Ministra de Alabanza – ETDM / YADAH


Pr. Juan Manuel Lamus Ogliastri