viernes, 21 de agosto de 2015

¿DÓNDE ESTÁ EL PODER DE NUESTRAS ORACIONES?

 

Ü Hay una  explicación hermosa sobre el "Poder de la Oración".

 

Dice así:

©   No es la aritmética de nuestras oraciones: cuántas son.

©   No es la geometría de nuestras oraciones: cuán largas son.

©   No es la música de nuestras oraciones: cuán melodiosa es nuestra voz.

©   No es la lógica de nuestras oraciones: cuán argumentativas son.

©   No es el método de nuestras oraciones: cuán ordenadas son.

©   No es la teología de nuestras oraciones: cuán sanas doctrinalmente son.

 

©   Lo que verdaderamente le importa a Dios es la fe: la confianza con que oramos.

 

Ü DIOS NO PROMETIÓ

 

Dios nunca prometió cielos azules sin fin…

©   Pero sí prometió ayudar a llevar tu carga.

Dios no prometió que todos tus sueños serán hechos realidad…

©   Pero sí prometió que es posible alcanzarlos.

Dios no prometió que todo en tu vida resultará como has planeado…

©   Pero sí prometió que tus peticiones serán contestadas

Dios no prometió que serás rico…

©   Pero sí prometió darte todo lo que tú necesitas.

Dios no prometió que tú nunca sentirás la soledad…

©   Pero sí prometió que Él estará siempre allí contigo.

 

MATEO 21:21,22

Entonces Jesús les dijo:

Les digo la verdad, si tienen fe y no dudan, pueden hacer cosas como esa y mucho más.

Hasta pueden decirle a esta montaña: "Levántate y échate al mar", y sucederá.

Ustedes pueden orar por cualquier cosa, y si tienen fe la recibirán. (N.T.V.)

 

Un Abrazo, Dios te bendiga y te guarde, haga resplandecer su rostro sobre ti, y tenga de ti misericordia; y permita que prosperes en todas las áreas de tu vida, y derrame sobre ti muchas bendiciones de Vida, Paz, Amor, Salud y mucha Prosperidad


Juan Manuel Lamus O.

  

CURSO

 

LUCAS 5:1-5 Cierto día, mientras Jesús predicaba en la orilla del mar de Galilea, grandes multitudes se abalanzaban sobre Él para escuchar la Palabra de Dios. Jesús notó dos barcas vacías en la orilla porque los pescadores las habían dejado mientras lavaban sus redes. Al subir a una de las barcas, Jesús le pidió a Simón, el dueño de la barca, que la empujara al agua. Luego se sentó en la barca y desde allí enseñaba a las multitudes. Cuando terminó de hablar, le dijo a Simón:

-       Ahora ve a las aguas más profundas y echa tus redes para pescar.

-       Maestro, respondió Simón, hemos trabajado mucho durante toda la noche y no hemos pescado nada; pero si Tú lo dices, echaré las redes nuevamente. (N.T.V.)

 

©   Curso rápido de obediencia. (Leer Lucas 5:1-11)

Las decisiones que consideramos intrascendentes pueden ser importantes a los ojos de Dios. La obediencia en los pequeños detalles prepara al creyente para la obediencia en todas las cosas.

 

El pasaje que estudiamos hoy nos enseña que Pedro experimentó una lección inicial para seguir al Señor. Las primeras palabras de Pedro con Cristo parecían poco importantes. Podemos suponer que Jesús le pidió a Pedro que lo dejara utilizar su barca, lo que significa que el cansado pescador dejó de lado el trabajo de limpieza que hacía, para que la usara un predicador ambulante. Fue una decisión pequeña, pero la recompensa fue grande. Pedro tuvo un asiento en primera fila para escuchar el mensaje que Jesús proclamó a la multitud en la playa. El futuro discípulo fue convencido de la autoridad de Cristo por lo que escuchó. Por tanto, obedeció a su segunda petición de echar las redes, a pesar de que hacerlo contradecía todo lo que sabía sobre pesca. Los resultados fueron milagrosos; la pesca fue tan grande que tuvo que venir una segunda barca para participar en la captura. Jesús estaba introduciendo gentilmente a Pedro a una obediencia absoluta. La breve, pero fascinante historia de sometimiento a la voluntad del Señor y de la experiencia de su bendición, lo convenció de que renunciar a todo para seguir a Cristo era la opción más sabia.

 

La experiencia de Pedro respecto a la obediencia y al sacrificio, no es única. Así es como el Padre Celestial enseña a sus hijos a obedecer su voluntad. Entonces aprovechemos este curso rápido de obediencia para ponerla por obra.

 

CONFESIÓN DE FE:

POR TANTO, NO ASUMIRÉ QUE UNA DECISIÓN ES INSIGNIFICANTE; PUES SE QUE DIOS ME ESTÁ PONIENDO EN UNA DIRECCIÓN, PARA FACILITARME EL LLEVAR A CABO SU BUEN PROPÓSITO PARA MI VIDA.

 

ORACIÓN:

Señor Jesús, Rabí, mi Maestro, mi Mayor (Mateo 23:8). Soberano Rey y Señor de mi vida, hoy quiero darte gracias por tus lecciones de vida, y hoy de manera especial por este curso rápido de obediencia, pues es clara y diáfana tu intención, cuando nos llamas a seguir tus instrucciones que, sin duda alguna, nos llevaran a la bendición ilimitada que solo tu amor, tu sabiduría y gran compasión por nosotros, los que en Ti confiamos y los que en Ti esperamos, podremos recibir, claro, teniendo en cuanta la cuota de sacrificio que esto pueda exigir. Gracias mi amado Señor y Salvador Jesucristo por este curso rápido de obediencia que me das  a través de la experiencia de Pedro como discípulo tuyo. Amén.


Juan Manuel Lamus O.