lunes, 31 de julio de 2017

BUEN USO

 

1 TIMOTEO 6:6-11 Es verdad que dedicarse a Dios es una manera de ganar mucho, pero en el sentido de vivir contento cada uno con lo que tiene. Cuando llegamos al mundo, no traíamos nada y cuando morimos no nos podemos llevar nada. Por eso, si tenemos alimentos y ropa, podemos darnos por satisfechos. Los que quieren ser ricos caen en la trampa de la tentación. Empiezan a tener deseos descabellados que los perjudican. Eso los hunde en la ruina total. El amor por el dinero causa toda clase de males. Por querer tener más y más dinero, algunos se han desviado de la fe y se han causado gran sufrimiento. Eres un hombre de Dios, así que evita todo eso. Esfuérzate por seguir una vida de rectitud, dedicarte a Dios y tener fe, amor, constancia y humildad. (P.D.T.)


©  De cómo quiere Dios que usemos el dinero.

El mundo atribuye al dinero una importancia mucho más grande que la que Dios quiso que tuviera. En vez de ser simplemente un medio de intercambio de bienes y servicios, se ha convertido en objeto de codicia, en una fuente de poder y prestigio, y en un medio para alcanzar estatus, felicidad y seguridad. Pero, con tantas falsas esperanzas puestas en la riqueza, debemos tener cuidado de no ser engañados.

 

La Palabra de Dios nos advierte los peligros de dar demasiada importancia al dinero en nuestra vida y nos dice cómo usarlo de acuerdo con los propósitos del Señor:

1. Para las necesidades personales: Dios quiere que ganemos dinero para satisfacer nuestras necesidades y las de nuestra familia (2 Tesalonicenses 3:10). Los cristianos debemos vivir dentro de nuestras posibilidades para no ser una carga para otros.

2. Para la obra de Dios: Ya que todo lo que tenemos viene del Señor, Él nos ha ordenado que le demos la primera parte de nuestros ingresos como un acto de obediencia y gratitud (Proverbios 3:9). Nuestras contribuciones permiten que el evangelio sea proclamado y esparcido.

3. Para ayudar a otros: Cuando alguien experimenta una crisis económica y está verdaderamente necesitado, el Señor nos manda a ayudar compartiendo lo que tenemos (Proverbios 19:17). Él nunca pasa por alto la generosidad, e incluso promete recompensarnos.

 

Lo importante no es cuánto dinero tenemos, sino si lo estamos usando como Dios manda. Adquirir más no da felicidad y seguridad, pero si obedecemos las instrucciones del Señor en cuanto al dinero, encontraremos el gozo y la satisfacción que nuestros corazones desean verdaderamente.

 

CONFESIÓN DE FE:

SEGUIRÉ FIELMENTE LAS INSTRUCCIONES DE DIOS ACERCA DEL BUEN USO DEL DINERO, DEJANDO A ÉL LAS CONSECUENCIAS DE MI OBEDIENCIA Y ERRADICANDO DE MI VIDA EL DAÑINO AMOR AL DINERO.

 

ORACIÓN:

Padre Celestial, Jehová Jireh, Dios mi Proveedor (Génesis 22:14). Mi amado Rey y Señor, dueño de todo el universo, dueño del oro y de la plata eres Tú, gracias vengo a darte hoy porque de tu corazón y tus manos puedo tener toda la provisión que necesito para vivir dignamente y más, para ser obediente a tu instrucción en cuanto al evangelio y para repartir con generosidad. Me mantendré firme en cuanto al buen uso del dinero que tú me has dado y el que me darás, de manera que el amor a él no haga mella en mi vida y pueda llevar a cabo tu propósito par ella y el dinero que me das. He orado en el Poderoso Nombre de Jesús. Amén.


Juan Manuel Lamus O.