viernes, 24 de febrero de 2023

SAL Y LUZ

 

MATEO 5:13-16 Ustedes son la sal de la tierra.  Pero ¿para qué sirve la sal si ha perdido su sabor?  ¿Pueden lograr que vuelva a ser salada?  La descartarán y la pisotearán como algo que no tiene ningún valor. Ustedes son la luz del mundo, como una ciudad en lo alto de una colina que no puede esconderse. Nadie enciende una lámpara y luego la pone debajo de una canasta. En cambio, la coloca en un lugar alto donde ilumina a todos los que están en la casa. De la misma manera, dejen que sus buenas acciones brillen a la vista de todos, para que todos alaben a su Padre Celestial. (NTV)

 

De cómo entender que el poder de nuestra influencia lo determina principalmente nuestra integridad, y para ayudarnos a comprender este asunto, Jesucristo hace uso de dos términos bien conocidos: sal y luz.

 

¡¡¡El Señor Jesús enfatiza la importancia del carácter y estilo de vida

de un seguidor suyo, a través de usar como ejemplo los términos

de la Sal y la Luz, necesarios para dar un buen testimonio y

cumplir efectivamente con el llamado a la evangelización!!!

 

El pasaje que estudiamos hoy nos ubica en la fase del ministerio de Jesús en que se encuentra evangelizando al perdido, edificando al creyente, pero también está enfocado en enseñar a los discípulos los principios y valores del Reino.  Les enseña cómo vivir un estilo de vida enfocada en Dios el Padre y su Reino.  Les promete que van a ser bendecidos por Dios si lo hacen y que su recompensa es grande en esta vida y en la venidera. Y para lograr esto, el Señor Jesús les enseña a sus discípulos que Dios los ha escogido para ser la sal y la luz de este mundo.  Van a ser sal y luz para sus familias, vecindarios, ciudades, países y el mundo entero, si tienen el carácter para vivir un estilo de vida enfocado en los valores del Reino. 

 

1.     La sal es un potenciador o un catalizador.  Era muy común en los días de Jesús, el usar la sal para realzar el sabor de la comida y para preservarla, cuestión muy importante porque no tenían sistemas de refrigeración.  Jesús les está diciendo que si viven los valores del Reino en este planeta, ellos van a realzar la experiencia de vida para otros.  También van a preservar o salvar la vida de otros.  Jesús los exhorta a ser sal, que vivan este estilo de vida en dependencia al Padre Celestial en frente de sus familias, amigos y el mundo.

2.    Jesús así mismo les enseña que han sido escogidos para ser la luz del mundo.  Este estilo de vida no es sólo para vivirlo en la privacidad de sus mentes, sino que debe ser público.  Deben vivir estos valores del Reino abiertamente, en sus hogares en frente de sus familias, en el trabajo y en la comunidad.  Son llamados para ser luz en este mundo en tinieblas, a vivir de manera diferente a aquellos que no conocen a Jesús, a proveerles a estas personas la luz que les muestre una manera distinta, un estilo de vida diferente y en dependencia a Dios.

 

Estos dos valores del Reino deben mostrarse todos los días, en las decisiones que tomen y en las cosas que hacen. El trabajo de cada día debe hacerse con el Reino de Dios en mente, no en engrandecer su riqueza personal y confort.

La enseñanza de Jesús nos invita a ser la Sal y la Luz del mundo. ¿Y tú, lo eres?

 

CONFESIÓN DE FE:

SI DIOS DICE QUE YO SOY LA SAL Y LA LUZ DEL MUNDO, PUES YO LO CREO, Y ESO ES SUFICIENTE PARA QUE YO VAYA CON DENUEDO A EJERCER LA GRAN COMISIÓN DE MANERA CONSTANTE Y EFECTIVA, PUES SOY UN VERDADERO SEGUIDOR SUYO Y PRO-REINO.

 

ORACIÓN:

Padre Celestial, El Eyon, Dios Altísimo (Génesis 14:18). Amado Dios y Señor nuestro, Jesucristo, Tú eres supremamente exaltado y una de las mejores formas para mí de hacerlo es sirviendo para tu Reino. Es por eso por lo que hoy vengo a tu presencia Señor Jesús, El Ebed de Dios, el Siervo de siervos y Siervo de Dios (Mateo 20:28), para darte gracias por tu amor incomparable, aquel que pones al servicio de cada uno de nosotros sin distinción, el amor de siervo incondicional y ejemplar. Y vengo clamando para que me ayudes en la tarea de ser yo también un siervo ejemplar para tu Reino, imitándote, para que el verdadero propósito por el cual el Padre Celestial me creó sea cumplido a cabalidad, la salvación y el discipulado de los que aún no te conocen. Gracias por determinar que yo soy la sal y la luz del mundo, así como Tú lo eres; he orado en tu Poderoso Nombre ¡Amén!


Pr. Juan Manuel Lamus Ogliastri