sábado, 24 de septiembre de 2016

"LECCIÓN ACERCA DE LA HUMILDAD"

 

LUCAS 14:7-11

Cuando Jesús vio que todos los invitados a la cena trataban de sentarse en los lugares de honor, cerca de la cabecera de la mesa, les dio el siguiente consejo:

Cuando te inviten a una fiesta de bodas, no te sientes en el lugar de honor.

¿Qué pasaría si invitaron a alguien más distinguido que tú?

El anfitrión vendría y te diría: "Cédele tu asiento a esta persona".

Te sentirías avergonzado, ¡y tendrías que sentarte en cualquier otro lugar que haya quedado libre al final de la mesa! Más bien, ocupa el lugar más humilde, al final de la mesa.

Entonces, cuando el anfitrión te vea, vendrá y te dirá:

"¡Amigo, tenemos un lugar mejor para ti!".

Entonces serás honrado delante de todos los demás invitados. Pues aquellos que se exaltan a sí mismos serán humillados, y los que se humillan a sí mismos serán exaltados. (N.T.V.)


©   La Humildad lleva a la Honra

Ø  El Señor promete exaltar a los creyentes humildes, pero a menudo nos fijamos en nuestras circunstancias, la situación laboral, las finanzas o la escasez material, y nos preguntamos si Dios está cumpliendo su promesa.

Ø  Aunque Dios puede optar por darnos bendiciones materiales, esos beneficios son escasamente comparables con las recompensas mayores que el Señor anhela dar, tal como una comprensión más profunda de quién es Él, o respuesta a las oraciones más allá de todo lo imaginable.


©   Hay siete actitudes que nos impiden recibir las bendiciones del Padre Celestial:

1.   Impaciencia. Queremos las cosas ahora mismo, y no estamos dispuestos a confiar en que Dios tiene el control.

2.   Inseguridad. Sentimos que, si no suceden ciertas cosas no podemos continuar.

3.   Identidad errónea. Nos sentimos bien con nosotros mismos solo si tenemos éxito según las normas de la sociedad.

4.   Ignorancia de la Biblia. Decidimos por nosotros mismos lo que es correcto.

5.   Impureza en la motivación. El descontento, los celos o la envidia hacen que nos adelantemos al plan de Dios para conseguir lo que queremos.

6.   Impulsividad. Sin preguntar antes a Dios, asumimos que cada oportunidad aparente es una puerta que Él ha abierto.

7.   Ingratitud. La falta de gratitud por lo que Él nos ha dado, distorsiona nuestra perspectiva.


©   ¡Observe que todos estos obstáculos comienzan con la letra "I"!

Ø  La humildad no es algo natural.

Ø  Comience por "Inclinar" su corazón delante del Señor, rindiéndole todo, y luego espere con paciencia la bendición prometida.

 

Un Abrazo, Dios te bendiga y te guarde, haga resplandecer su rostro sobre ti, y tenga de ti misericordia; y permita que prosperes en todas las áreas de tu vida, y derrame sobre ti muchas bendiciones de Vida, Paz, Amor, Salud y mucha Prosperidad


Juan Manuel Lamus O.