miércoles, 26 de junio de 2019

RECHAZO

 

2 CORINTIOS 2:14-16 Doy gracias a Dios porque nos hace participar del triunfo de Cristo, y porque nos permite anunciar por todas partes su mensaje, para que así todos conozcan a Cristo. Anunciar la buena noticia es como ir dejando por todas partes el rico olor de un perfume. Y nosotros somos ese suave aroma que Cristo ofrece a Dios. Somos como un perfume que da vida a los que creen en Cristo. Por el contrario, para los que no creen somos como un olor mortal. ¿Quién es capaz de cumplir con la tarea que Dios nos ha dejado? (TLA)

 

De cómo se pierde el fragante aroma de la victoria cunado se rechaza a Cristo. ¿Ha tenido usted experiencias negativas al tratar de compartir las buenas nuevas de Cristo?

 

Algunas personas simplemente no quieren escuchar hablar del Señor Jesús. Aunque la preocupación de usted es la vida eterna de esas personas, éstas pueden pensar que está tratando de forzarlas a aceptar su religión.  Para ayudarnos a entender el porqué algunas personas tendrán una reacción negativa a nuestra fe, el apóstol Pablo usó la analogía de la celebración de una victoria en el Imperio Romano. En su tiempo, cuando un general volvía a Roma después de vencer al enemigo, hacía una entrada triunfal y encabezaba un desfile por la ciudad. Iba en una cuadriga o carroza de color oro, rodeado de sus oficiales y seguido de sus soldados. Al final del desfile iban los prisioneros atados con cadenas. Durante este espectáculo, nubes de incienso flotaban entre los participantes y los espectadores, mientras sacerdotes paganos transportaban sus incensarios. Para los conquistadores, este era el fragante aroma de la victoria, pero para los prisioneros era el olor de la muerte, porque pronto serían matados por bestias salvajes en el circo.

 

De la misma manera, los creyentes somos dulce fragancia de Cristo los unos para los otros, por ir detrás de Él tras su victoria sobre la muerte y el pecado, pero para aquellos que no le conocen como Salvador, somos recordatorio del juicio que temen. Aunque algunos nos rechacen tenemos que seguir compartiendo nuestra esperanza con gracia y mansedumbre. Hubo un tiempo en que Pablo odiaba a los cristianos, pero después fue el primero en afirmar que el Señor puede llegar a un corazón endurecido y convertir a un prisionero en vencedor.

 

¡¡¡Los que Creemos y Amamos a Dios, tenemos la Fragancia de Cristo!!!

 

CONFESIÓN DE FE:

CONTINUARÉ COMPARTIENDO EL PLAN DE SALVACIÓN QUE DIOS DISEÑO EN JESUCRISTO PARA NOSOTROS LOS HOMBRES. NO IMPORTA EL RECHAZO, SEGUIRÉ SIENDO OLOR FRAGANTE DE CRISTO PARA MIS SEMEJANTES.

 

ORACIÓN:

Padre Celestial, Jehová Nissi, El Señor es mi Estandarte (Éxodo 17:15).  Mi Poderoso Rey y Señor Jesús, Tú eres nuestra bandera o estandarte, por eso en medio de las batallas de la vida te vemos Alto y Levantado, y si mantenemos nuestros ojos en Ti y te seguimos seremos milagrosamente victoriosos. Gracias mi Señor por ser mi bandera, mi estandarte que anuncia la asegurada victoria, porque iras delante mío en la batalla de la fe para respaldarme en la tarea a la cual me has llamado, el esparcir el olor fragante de Cristo en la tierra. Gracias quiero darte por haberme escogido para tan honrosa tarea, es un privilegio servirte y ser parte de tu ejercito vencedor. Gracias mi amado Señor y Salvador Jesucristo por darme también las herramientas; he orado en tu Poderoso Nombre ¡Amén!


Juan Manuel Lamus O.