¿ANSIEDAD?
1 PEDRO 5:6-9 Así que humíllense ante el gran poder de Dios y, a su debido tiempo, Él los levantará con honor. Pongan todas sus preocupaciones y ansiedades en las manos de Dios, porque Él cuida de ustedes. ¡Estén alerta! Cuídense de su gran enemigo, el diablo, porque anda al acecho como un león rugiente, buscando a quién devorar. Manténganse firmes contra él y sean fuertes en su fe. Recuerden que su familia de creyentes en todo el mundo también está pasando por el mismo sufrimiento. (NTV)
♥ ¿No es interesante que la afirmación de que satanás anda rondando como león rugiente, esté en un pasaje sobre los pensamientos de ansiedad?
La preocupación y la ansiedad pueden sentirse como un ataque, somos despedazados interiormente por los temores, la frustración y el desaliento. La ansiedad es un sentimiento atormentador, y el diablo la maneja muy bien.
¡¡¡No tenemos que vivir con ansiedad,
porque el Señor cierra la boca de los leones que amenazan a sus seguidores!!!
Mi Dios envió a su ángel para cerrarles la boca a los leones,
a fin de que no me hicieran daño. (Daniel 6:22 NTV)
♥ Pedro explicó cómo liberarnos de la ansiedad, en tres sencillos pasos:
1. Humillándonos ante Dios.
Lo que causa la angustia es una sensación de impotencia en una situación dada y por eso la mejor respuesta es rendirse a Dios, someterse al Señor con la confianza de que Él tiene el poder de controlar su vida. Debemos tener presente que Dios siempre dispone las circunstancias para el bien de usted y la gloria de Él (Romanos 8:28). Recuerde que la oración es una declaración de dependencia. Cuando nos humillamos, estamos de rodillas ante Dios Todopoderoso y nada es difícil para su poder, lo cual nos lleva al segundo paso.
2. Expresar a Dios los problemas y confiar en que Él se ocupará de ellos.
Él asume la responsabilidad de atender todas nuestras necesidades, a usted le corresponde dar prioridad a Dios obedeciéndolo y viviendo de manera justa (Mateo 6:31-33). Así podremos poner en práctica el tercer paso.
3. Resistir a satanás manteniéndose firme en la fe.
Es decir, no arranque esas preocupaciones de las manos de Dios para angustiarse por ellas otra vez. Cuando los métodos del diablo le hagan temblar de ansiedad, rechace su mentira y afirme que el Señor es suficiente para manejar la situación.
CONFESIÓN DE FE:
ME HUMILLARÉ ANTE DIOS Y CONFIARÉ EN ÉL, CON LA SEGURIDAD DE QUE TIENE MI VIDA EN CONTROL, PORQUE SOY SU HIJO, ENTONCES RESISTIRÉ AL ENEMIGO CON FE, Y MI ANSIEDAD Y PREOCUPACIÓN SERÁN VENCIDAS.
ORACIÓN:
Juan Manuel Lamus O.