viernes, 11 de abril de 2014

PROMETIDO

PROMETIDO

 

MATEO 28:20 "Enseñen a los nuevos discípulos a obedecer todos los mandatos que les he dado. Y tengan por seguro esto: que estoy con ustedes siempre (de forma perpetua y constante y en cada ocasión), hasta el fin de los tiempos". (N.T.V.)

 

Una persona que llevaba a cabo una encuesta informal sobre las oraciones de los creyentes en sus iglesias descubrió que la mayoría de la gente realiza uno o dos tipos de oración:

1.   El primero era el tipo SOS, que no solo significa "Salva nuestras almas", sino también "Oh Dios, ayúdanos ahora, ya".

2.   El segundo era el tipo RNP: "Resuelve nuestros problemas". Las personas le pedían al Señor que les ayudara en todas las necesidades, dificultades, pruebas y tentaciones.

Lo común referente a todas las oraciones era que las personas querían vidas perfectas, despreocupadas y creían firmemente que eso era lo que Dios les había prometido. La conclusión que sacó de la encuesta fue:

©      "La mayoría quiere que Dios lo haga todo".

Sin embargo, Dios no ha prometido vivir nuestra vida por nosotros sino más bien caminar con nosotros a través de nuestra vida. Nuestra parte es ser fieles y obedientes; su parte es dirigirnos, guiarnos, protegernos y ayudarnos.

 

En este poema se reconoce la verdadera naturaleza de la promesa de Dios:

©      Lo que Dios ha prometido

Dios no ha prometido

Cielos siempre azules,

Sendas cubiertas de flores

Durante toda nuestra vida.

 

Dios no ha prometido

Sol sin lluvia,

Gozo sin tristeza,

Paz sin dolor.

 

Pero Dios sí ha prometido

Fuerzas para el día,

Descanso para la noche,

Luz para el Camino,

Gracia para las pruebas,

Ayuda de lo alto,

Compasión constante,

Y Amor sin fin.

 

CONFESIÓN DE FE:

HARÉ LO QUE SÉ QUE PUEDO HACER HOY Y LUEGO CONFIARÉ EN DIOS PARA QUE ÉL HAGA LO QUE NO PUEDO HACER YO, PUES ÉL LO HA PROMETIDO.

 

ORACIÓN:

Padre Santo que estas en lugares Celestiales, Elohim Kedoshim, Dios Santo (Levítico 19:2), y quien por medio de sus promesas nos ha sentado allí mismo juntamente con Cristo Jesús. Gracias quiero darte hoy por tan maravilloso privilegio, pues Tú eres un Dios que promete y cumple. Hoy no vengo a pedirte sino a darte gracias por las abundantes bendiciones que has derramado sobre mi vida y por estar siempre atento, por la paz, las fuerzas, la luz, el descanso, la gracia, la ayuda, la compasión, etc. y especialmente por el amor incondicional manifestado a través de tu hijo amado y Señor nuestro, Jesucristo. Amén.

 

Juan Manuel Lamus O.