lunes, 27 de junio de 2016

OPORTUNIDAD

 

2 PEDRO 3:7-9 Por esa misma palabra, los cielos y la tierra que ahora existen han sido reservados para el fuego. Están guardados para el día del juicio, cuando será destruida la gente que vive sin Dios. Sin embargo, queridos amigos, hay algo que no deben olvidar: para el Señor, un día es como mil años y mil años son como un día. En realidad, no es que el Señor sea lento para cumplir su promesa, como algunos piensan. Al contrario, es paciente por amor a ustedes. No quiere que nadie sea destruido; quiere que todos se arrepientan. (N.T.V.)


©  La paciencia de Dios, una oportunidad para el arrepentimiento genuino.

La lenta reacción del Señor ante el pecado, muchas veces desconcierta a los creyentes.

©  ¿Por qué no castiga inmediatamente a quienes violan sus preceptos?

La breve respuesta se encuentra en el pasaje que estudiamos hoy: el Señor es paciente, para que todas las personas tengan la oportunidad de arrepentirse (Vs.9).

 

Por nuestra condición humana, queremos que las personas sufran por sus malas acciones. Jonás huyó de su deber de predicar en Nínive, porque temía que si sus habitantes se arrepentían, su Dios misericordioso se arrepentiría de destruir la ciudad. Y eso fue precisamente lo que sucedió; y en vez de alegrarse por el triunfo del Señor, el profeta se quejó por haber tratado a los ninivitas con paciencia y misericordia (Jonás 4:2). Jonás estaba enojado con Dios, a pesar de que él mismo había experimentado su misericordia. Con todo y lo asqueroso que fue aquello, creo que hay peores formas de disciplina que ser tragado y vomitado por un pez.

 

Los creyentes debemos estar agradecidos de que el Señor, a diferencia de los seres humanos, sea lento para la ira. Cuando somos rebeldes y testarudos, Él espera pacientemente que reconozcamos nuestra falta. La disciplina es dolorosa tanto para quien la recibe como para quien la aplica. Dios prefiere que veamos el error de nuestra actitud, que dejemos de pensar que estamos quedando impunes por nuestro pecado y que volvamos al camino recto. El Señor da un valor tan alto al arrepentimiento y a la preservación de la comunión con Él, que está dispuesto a retrasar el castigo por el pecado. Pero solo por un tiempo, al final su justicia exige una sanción.

 

CONFESIÓN DE FE:

NO ESPERARÉ QUE EL SEÑOR ME DISCIPLINE. EN VEZ DE ESO NO DESPERDICIARÉ LA OPORTUNIDAD QUE ME DA DE ARREPENTIRME, TRABAJARÉ EN PROCURA DE HACER LO CORRECTO Y VOLVER MI CORAZÓN A DIOS COMPLETAMENTE.

 

ORACIÓN:

Padre Misericordioso, Elohim Selichot, Dios de Perdón (Nehemías 9:17). Mi Dios y señor los hombres podemos ser rápidos para la ira y lentos para perdonar, pero gracias doy porque está en tu naturaleza el perdonar, pues tu deseo es que todos procedamos al arrepentimiento, gracias porque constantemente nos das la oportunidad, pues Tú eres un Dios perdonador, clemente y compasivo, tardo para la ira y grande en misericordia. Es por eso que quiero preservar mi comunión contigo y ser fiel y obediente a tus preceptos. Gracias mi Señor y Salvador Jesucristo por la oportunidad que nos das de arrepentirnos antes de las consecuencias. Amén.


Juan Manuel Lamus O.