viernes, 29 de septiembre de 2023

PENSAR LO JUSTO

 

2 CORINTIOS 10:3-5 (PDT) Es cierto que vivimos en este mundo, pero no luchamos como los seres humanos que viven en él. Las armas con las que luchamos no son de este mundo, sino que tienen el poder de Dios para destruir las fortalezas del enemigo. Con nuestras armas, también destruimos los argumentos de los que están en contra nuestra y acabamos con el orgullo que no le permite a la gente conocer a Dios. Así podemos capturar todos los pensamientos y hacer que obedezcan a Cristo.

 

De la relevancia de tener presente que los pensamientos definen los sentimientos y las acciones, y de ahí la importancia de pensar lo justo, lo correcto y equitativo.

 

¡¡¡Meditar en lo que es justo significa pensar profundamente en lo que Dios

define como correcto, con el objetivo de alinear nuestros pensamientos

con los suyos; por eso los verdaderos seguidores de Jesucristo debemos

buscar en Dios lo que es justo y equitativo, y qué hacer al respecto!!!

 

Muchas personas se sienten mal y viven mal porque han dejado que muchos pensamientos negativos inunden su matrimonio, su familia, su trabajo o su vida en general. La mente es el área de ataque del enemigo, satanás, a donde manda pensamientos como dardos envenenados que contaminan la vida; especialmente con recuerdos negativos del pasado que vuelven y tratan de atarlos a circunstancias que no edifican para nada su vida ni su familia ni sus relaciones; de ahí la importancia de pensar lo justo, lo correcto.

 

Por ejemplo, no asuma que su cónyuge, su pareja, sus amigos, sus familiares o compañeros no le aman, o que quieren hacerle daño. Frecuentemente se interpretan mal las acciones o palabras del cónyuge, por ejemplo, y vienen los pensamientos negativos como una tromba demoledora para hacerle sentir que usted no le importa, que no le ama, que no le importa cómo se siente. Esto por lo general es falso, pero los pensamientos negativos se lo hacen creer como si fuera una verdad. Los sentimientos son resultado de nuestros pensamientos, por esa razón la Biblia nos enseña que debemos confrontar todo pensamiento en nuestra vida con las promesas de la Palabra de Dios, para que no nos dejemos llevar por las emociones o sentimientos, sino por la Palabra de Vida que Dios nos ofrece. Cada vez que le vengan pensamientos negativos a su mente llévelos de inmediato delante del Señor contrarrestándolos con las promesas de vida de la Palabra. No importa si esos pensamientos tienen razón o no en función del comportamiento pasado de las personas o circunstancias; lo que realmente importa es que tenga fe de que con Dios las cosas pueden ser muy diferentes si vivimos en obediencia a su Palabra.

 

Pídale perdón a Dios si ha estado permitiendo pensamientos negativos en su vida y llévelos todos cautivos a la Presencia del Señor, para que le ayude a discernir las artimañas del enemigo y pueda combatirlas para pensar todo lo que es justo.

 

Recuerde que todo lo supuestamente correcto o justo de este mundo proviene del árbol del conocimiento del bien y del mal, y no del árbol de la vida.

 

CONFESIÓN DE FE:

SÉ QUE MIS SENTIMIENTOS ME PUEDEN ENGAÑAR EN CUANTO A CÓMO DEBO PENSAR, POR ESO ESTARÉ ATENTO A LLEVAR MIS PENSAMIENTOS CAUTIVOS A LA OBEDIENCIA A CRISTO, DE MANERA QUE PUEDA PENSAR SIEMPRE TODO LO QUE ES JUSTO, CORRECTO Y EQUITATIVO.

 

ORACIÓN:

Dios y Señor nuestro, El Kjesed, Dios de Amor Fiel e Inagotable (Salmo 25:6). Mi amado Dios y Señor, Jesucristo, hoy quiero darte gracias por la dirección que me das en cuanto a la manera de pensar, y te pido que me ayudes, me instruyas por medio de tu Palabra para que yo pueda cambiar mis pensamientos, si son negativos, y poder llevarlos cautivos a tu Presencia y a tu obediencia, de manera que el enemigo no pueda trabajar con ellos y deteriorar ese tesoro tan precioso que me has dado, la vida y las relaciones interpersonales. Gracias Dios mío pues a través del amor prodigado por tu Hijo amado Jesucristo nos has dado el mejor ejemplo de amor incondicional y obediencia al pensar; he orado en su Poderoso Nombre ¡Amén!


Pr. Juan Manuel Lamus Ogliastri