martes, 2 de enero de 2018

HUIR

 

SALMO 139:1-10 Oh Señor, has examinado mi corazón y sabes todo acerca de mí. Sabes cuándo me siento y cuándo me levanto; conoces mis pensamientos aun cuando me encuentro lejos. Me ves cuando viajo y cuando descanso en casa. Sabes todo lo que hago. Sabes lo que voy a decir incluso antes de que lo diga, Señor. Vas delante y detrás de mí. Pones tu mano de bendición sobre mi cabeza. Semejante conocimiento es demasiado maravilloso para mí, ¡es tan elevado que no puedo entenderlo ¡Jamás podría escaparme de tu Espíritu! ¡Jamás podría huir de tu Presencia! Si subo al cielo, allí estás Tú; si desciendo a la tumba, allí estás Tú. Si cabalgo sobre las alas de la mañana, si habito junto a los océanos más lejanos, aun allí me guiará tu mano y me sostendrá tu fuerza. (NTV)

 

 Lo que podemos aprender de Jonás; no podemos huir de Dios, nos resultaría costoso y a los que nos rodean.

Cuando consideramos la omnisciencia y la omnipresencia de Dios, es fácil sorprendernos de que los cristianos traten de huir de Él. Jonás demostró, sin duda, que eso no puede hacerse, pero la gente sigue intentándolo. 

 

♥ ¿Por qué?

A veces, las personas que tratan de huir de Dios están actuando por pura soberbia, parece que creemos saber lo que es mejor para nosotros, sin importar lo que Dios piense o diga. A veces, nos negamos rotundamente a obedecer por temor: nos da miedo fracasar, nos preocupa que los demás puedan criticar nuestros esfuerzos o quizás tememos que la obediencia pueda ser demasiado costosa. Pero, no importa la razón, muchas veces no somos capaces de reconocer lo costoso que resulta rechazar al Señor y tratar de huir de Él. Jonás pagó un alto precio por su rebeldía. No solo experimentó la vergüenza, el terror y el sentimiento de culpabilidad, sino que además puso en peligro la vida de hombres inocentes. No se puede huir del Señor sin imponer un duro castigo a personas inocentes. Cuántos padres y cuántas madres abandonan a sus hijos, y dicen: "Puedo hacer lo que yo quiero. Es mi vida". No, no es así. No se puede dejar a unos hijos sin padre o madre, y no cosechar dolor y sufrimiento durante toda la vida. Ni tampoco se puede pecar contra el Señor sin pagar un precio terrible y herir a otros al hacerlo.

 

A pesar de esta terrible realidad, también es cierto que Dios es perdonador; Él da una segunda, una tercera, en realidad, muchísimas oportunidades (Jonás 3:1). 

♥ El cuidó a Jonás, y también cuidará de usted.

 

CONFESIÓN DE FE:

SÉ QUE, SI ME RESISTO A DIOS, ÉL PONDRÁ PRESIÓN SOBRE MÍ PARA CAPTAR MI ATENCIÓN Y TRAERME OTRA VEZ A ÉL. ESO MUESTRA LO IMPORTANTE QUE SOY PARA ÉL, ASÍ QUE EVITARÉ LA REBELDÍA, PUES SE LO COSTOSA QUE ME RESULTARÍA.

 

ORACIÓN:

Padre Eterno, El Rahee, Dios que todo lo ve (Génesis 16:13). Mi amado Dios y Señor, Tú eres Dios que todo lo ve y todo lo conoces, por eso hoy vengo a Ti, primero que todo, pidiéndote perdón si he manifestado rebeldía en tu contra en algún momento, pero también para decirte que estoy listo y dispuesto a que hagas conmigo como Tú quieras, pues quiero someterme a tu voluntad para que se cumpla en mí el propósito que Tú has determinado para mi vida. Gracias mi amado Señor Jesús porque sé que tus planes para mi vida son perfectos, he orado en tu Poderoso Nombre. Amén.


Juan Manuel Lamus O.