lunes, 8 de agosto de 2022

MADURANDO

 

ROMANOS 12:1-3 Por eso hermanos, puesto que Dios nos ha mostrado tanta misericordia, les ruego que entreguen todo su ser como sacrificio vivo a Dios. Esa ofrenda que es su vida debe estar dedicada solamente a Dios para poder agradarle. Esta clase de adoración es la que realmente tiene sentido. No vivan según el modelo de este mundo. Mejor dejen que Dios transforme su vida con una nueva manera de pensar. Así podrán entender y aceptar lo que Dios quiere para ustedes y también lo que es bueno, perfecto y agradable a Él. Por el favor que Dios me ha mostrado, les pido que ninguno se crea mejor que los demás. Más bien, usen su buen juicio para formarse una opinión de sí mismos conforme a la porción de fe que Dios le ha dado a cada uno. (PDT)

 

Ser apartado para Dios, es estar madurando progresivamente en nuestra fe.

Cuando una persona pone su fe en Jesucristo, se convierte en un nuevo creyente y es santificada, es decir, apartada para el propósito de Dios.

 

A diferencia de la salvación, que tiene lugar en un solo momento, la santificación es un proceso que dura toda la vida. Quienes somos verdaderos seguidores de Cristo debemos dejar que el Espíritu Santo controle nuestras vidas. Si ese es el caso, ahora mismo estamos siendo santificados, no importa lo que podamos sentir o cómo parezcan nuestras acciones a los demás. Dicho de otra manera, estamos madurando progresivamente en nuestra fe. Y si estamos progresando, debemos estar esforzándonos hacia el logro de algo. El apóstol Pablo explicó la misión del cristiano:

Pues Dios conoció a los suyos de antemano y los eligió para que llegaran a ser como su Hijo, a fin de que su Hijo fuera el hijo mayor de muchos hermanos. (Romano 8:29 NTV)

 

El carácter, la conducta y la conversación de un verdadero seguidor de Jesús, deben ser reflejos de Él, quien vive en nosotros, y de la madurez alcanzada. Dejados por nuestra cuenta pondríamos demasiado énfasis en la conducta, nos ocuparíamos de reglas y ceremonias que parecen cristianas, sin reflejar verdaderamente a Cristo. Pero Dios ha dado a cada creyente el Espíritu Santo como maestro y guía. El Espíritu trabaja para transformar nuestras mentes y corazones, de modo que hablemos y actuemos de acuerdo con nuestra madurez y verdadera identidad: hijos e hijas de Dios.

 

¡¡¡La Madurez que Dios requiere de nosotros

es un llamado al Crecimiento Espiritual!!!

 

Nuestro Padre Celestial quiere que seamos ejemplos vivientes de quién es Él.

 

CONFESIÓN DE FE:

DIOS NO ESPERA PERFECCIÓN; PERO NOS ENSEÑA CÓMO PENSAR Y ACTUAR, PARA QUE PODAMOS ANDAR COMO ES DIGNO DE LA VOCACIÓN CON QUE FUIMOS LLAMADOS, COMO HIJOS DE DIOS MADUROS. (EFESIOS 4:1)

 

ORACIÓN:

Padre Celestial, Jehová Mekaddesh, Dios que Santifica (Ezequiel 37:28). Dios y Señor mío, Jesucristo, hoy vengo a tu presencia, primero que todo a darte gracias por apartarme para un propósito especial, haciéndome uno de tus santos. Pero también para pedirte que ese proceso de santificación que has comenzado en mí y que prometes terminar, sea permanente, constante y así pueda crecer e ir madurando progresivamente, tanto en mi vida natural como en la espiritual, pues estoy dispuesto para lo que Tú decidas hacer conmigo. Gracias, mi Señor y Salvador Jesucristo por tu modelaje de aprendizaje, crecimiento y madurez; he orado en tu Poderoso Nombre ¡Amén!


Pr. Juan Manuel Lamus Ogliastri