viernes, 24 de septiembre de 2021

AMEMOS A DIOS

 

MATEO 22:34-40 Entonces los fariseos, oyendo que había hecho callar a los saduceos, se juntaron a una. Y uno de ellos, intérprete de la ley, preguntó por tentarle, diciendo:

-       Maestro, ¿cuál es el gran mandamiento en la ley?

Jesús le dijo:

-     Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas. (RV60)

 

De cómo amar a Dios como Él desea.

Cuando vivimos para Su Gloria, para cumplir Su propósito y nos entregamos por completo a Dios, aprendemos más de nuestro Padre Celestial, nuestro amor por Él crece y llena cada aspecto de nuestras vidas.

 

En el pasaje que estudiamos hoy, podemos ver como los fariseos y los saduceos dedicaban mucho tiempo y esfuerzos para analizar la ley de Moisés, la Torá, y para discutir sobre el valor de sus 613 normas. Pero el Señor Jesús fue al grano de la discusión al resumir la ley en dos principios claves referidos en nuestra lectura:

1.     "Amarás al Señor con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas, y con toda tu mente". (Vs.37; Deuteronomio 6:5)

2.    "…y a tu prójimo como a ti mismo" (Vs.39; Levítico 19:34).

 

Aun antes de decirle a su pueblo que lo amara como Él deseaba, Dios se identificó a sí mismo por medio de varios nombres que revelaban su carácter. Por ejemplo:

Jehová, que se refiere a su ser y a ser fiel guardador del pacto, y

Elohim, que se refiere a su poder infinito.

Por medio de Sus Nombres, Dios estaba llamando la atención en cuanto a lo digno que era de ser amado por encima de todos y de todo, y también de su disposición de amarnos sin medida. Él nos hace promesas inquebrantables y tiene el poder para cumplir cada una de ellas. La Biblia no exagera el deseo de Dios de que sus hijos lo amen con todo su ser. Cuando Él se llama a sí mismo Dios Celoso (El kana, Éxodo 20:5), y exige nuestra devoción, está señalando nuestra absoluta necesidad de Él. Cualquier cosa que tenga más prioridad en nuestra vida, es un ídolo y, por tanto, nada debe ser más importante o fundamental para nuestra existencia que Jehová Dios.

Fuimos creados para ser amados por Dios, y para que lo amemos como Él desea.

 

¡¡¡Amar a Dios con todo nuestro corazón, toda nuestra alma y toda nuestra mente, significa expresarle nuestro amor continuamente en lo más íntimo de nuestro ser, tanto emocional como mentalmente!!!

 

CONFESIÓN DE FE:

DECIDO AMAR AL SEÑOR POR ENCIMA DE TODAS LAS COSAS PUES ÉL ES MI PRIORIDAD, Y LO HARÉ CON TODO MI SER, ES DECIR CON TODO MI CORAZÓN, CON TODA MI ALMA, CON TODAS MIS FUERZAS Y CON TODA MI MENTE, PUES ES LA FORMA EN QUE ÉL DESEA QUE LO AME.

 

ORACIÓN:

Santísima Trinidad, Elohim, Dios y Señor Nuestro, El Oheenu (Salmo 8:9). Padre Celestial, mi amado Señor y Salvador Jesucristo, Espíritu Santo de Dios, el verdadero motivo de mi amor incondicional y con todo mi ser eres Tú. Gracias quiero darte, mi Señor, porque Tú me amaste antes de que, inclusive, hubieras planeado la fundación del mundo, me amaste y me elegiste desde el vientre de mi madre, y no puedo hacer yo nada menos que amarte como Tú deseas, pero no solo por esto, sino por convicción y por todo lo que has hecho, haces y harás en mi vida. Yo te amo sobre todas las cosas Jehová Dios, seré un guardador del pacto de amor infinito e incondicional que Tú me has propuesto. He orado en el Poderoso Nombre de Jesús ¡Amén!


Pr. Juan Manuel Lamus Ogliastri