viernes, 9 de junio de 2023

TESTIMONIO PERSONAL

 

JUAN 9:24-27 Por segunda vez llamaron al hombre que había sido ciego y le dijeron:

-       Es Dios quien debería recibir la gloria por lo que ha pasado, porque sabemos que ese hombre, Jesús, es un pecador.

-       Yo no sé si es un pecador, respondió el hombre, pero lo que sé es que yo antes era ciego, ¡y ahora puedo ver!

-       ¿Pero qué fue lo que hizo? le preguntaron. ¿Cómo te sanó?

-       ¡Miren! exclamó el hombre. Ya les dije una vez. ¿Acaso no me escucharon? ¿Para qué quieren oírlo de nuevo? ¿Ustedes también quieren ser sus discípulos? (NTV)

 

Del poder del testimonio personal acerca de la obra de restauración y sanidad integral que el Señor Jesús ha hecho en nuestras vidas, y el impacto que este puede generar en los que aún no le conocen ni lo han experimentado su sanidad. (Leer todo Juan 9)

 

☝🏼 ¿Ha pensado usted alguna vez en el gran poder que tiene su sencillo testimonio?

El Evangelio de Juan nos cuenta una historia maravillosa acerca de un hombre ciego que Jesús sanó. Si la historia hubiera terminado simplemente cuando el hombre abrió los ojos y alabó a Dios, aun eso habría sido grandioso, pero en la porción del pasaje que estudiamos hoy Juan sigue con el relato para decirnos lo que sucedió después. Las autoridades judías no sabían qué pensar de esta sanación milagrosa, pues tenían todas las pruebas de un hombre que sabían que había nacido ciego:

la multitud que escuchó su conversación con Jesús; y

la prueba de identidad del hombre, que dieron sus padres.

Pero ellos se negaron a creer lo que estaba claro para tantos, es decir, cuestionaron el testimonio del hombre. Las autoridades religiosas expresaron su incredulidad llamando a Jesús pecador (Vs.24), como si la falta de fe de ellos descalificara de algún modo su milagro. La respuesta del hombre en el Vs.25 fue brillante por su sencillez:

-       "Yo no sé si es un pecador, pero lo que sé es que yo antes era ciego, ¡y ahora puedo ver!".

 

No importa qué más dijeran, el hombre sabía que los fariseos no podían refutar el hecho básico de que había sido sanado. La Biblia señala que las autoridades perdieron los estribos, porque no pudieron contradecir ese hecho.

 

¡¡¡Nuestro testimonio personal de restauración de la mano de Dios,

dejará huella en los demás y con toda seguridad los inquietará de manera

que ellos también querrán experimentarla, y es por eso que no debemos callar!!!

 

La gente no puede ni podrá jamás contradecir la verdad de la experiencia que los creyentes hemos tenido con el Señor Jesucristo en nuestra sanidad y restauración.

 

CONFESIÓN DE FE:

ME LLENA DE GRAN GOZO EL HECHO DE QUE EL SEÑOR ME HA DADO UNA PODEROSA ARMA EN MEDIO DE UNA BATALLA ESPIRITUAL TAN TERRIBLE COMO LA QUE VIVIMOS HOY, MI TESTIMONIO PERSONAL; ASÍ QUE NO CALLARÉ.

 

ORACIÓN:

Padre Celestial, El Gibor, Dios Todopoderoso (Isaías 9:6). Mi amado Dios y Señor Jesucristo, sé que Tú eres un guerrero poderoso y la fuerza mayor en todo el universo, y que esa misma fuerza y poder la has impartido a mi ser por medio del Espíritu Santo para restaurarme, es por eso que iré de frente, sin importar lo que los incrédulos digan, dejándoles saber mi testimonio personal, de manera que ellos sean impactados y se decidan por Ti, para experimentar la restauración y la sanidad integral que tanto necesitan y que solo Tú, Jehová Rapha, nuestro sanador, por medio de Jesucristo puedes proveer; he orado en su Poderoso Nombre ¡Amén!


Pr. Juan Manuel Lamus Ogliastri