viernes, 17 de septiembre de 2021

EL ÉXITO

 

JOSUÉ 1:7-9 Solamente esfuérzate y sé muy valiente, para cuidar de cumplir toda la ley que mi siervo Moisés te mandó. No te apartes de ella ni a la derecha ni a la izquierda, para que tengas éxito en todo lo que emprendas. Nunca se aparte de tu boca este libro de la Ley; más bien, medita en él de día y de noche, para que guardes y cumplas todo lo que está escrito en él. Así tendrás éxito y todo te saldrá bien. ¿No te he mandado que te esfuerces y seas valiente? No temas ni desmayes, porque el Señor tu Dios estará contigo dondequiera que vayas. (RVA'15)

 

Del verdadero éxito, ese que Dios tiene para el creyente, es decir, de cómo podemos transitar por el camino bíblico al éxito.

 

Con frecuencia, los cristianos rehúyen a toda idea de éxito, pensando: "Estaré agradecido por lo que sea que el Señor me dé". Estos creyentes desacertados han confundido el éxito con la codicia y la inconformidad. ¿Por qué razón?

Se debe a la terrible obsesión por el "éxito" que tiene el mundo. Para la mayoría de las personas, la palabra es equivalente a riqueza, fama y poder. Si usted le pregunta a cualquier persona en la calle si ha tenido éxito, lo más probable es que comience a hablar de su carrera, posesiones, posiciones o inversiones. La mayoría de la gente simplemente no tiene otro marco de referencia para el concepto de éxito, pero estos parámetros no tienen nada que ver con el éxito. Nuestro Padre Celestial nos llama a sus hijos a vivir triunfalmente, y si la búsqueda del éxito fuera pecaminosa:

¿Cómo pudo el Señor hacer la promesa del Vs. 7 en el pasaje que estudiamos hoy?

¿Estaba Él prometiendo dinero? ¡No!

¿Estaba prometiendo fama? ¡No!

El Señor estaba prometiendo éxito. Para Josué, esto significaría la victoria militar, una fe firme y el cumplimiento de la promesa de Dios a Moisés. Josué no estaba preocupado por el dinero o la fama; más bien, estaba concentrado intensamente en cumplir con el plan de Dios para él.

 

Armado con el poder de la Palabra, marchó audazmente, y recibió las bendiciones del Señor, y por eso, Dios lo llamó "prosperado", o exitoso.

 

¡¡¡No se deje engañar!!!

La parafernalia del mundo no tiene nada que ver con el éxito.

El temor de Dios, la humildad, la integridad y la fidelidad, son las cosas

que obran juntas como la manera agradable a Él para dar y medir el éxito

 

CONFESIÓN DE FE:

MEDITARÉ EN LA PALABRA DE DIOS Y LA PONDRÉ POR OBRA, SERÉ ESFORZADO Y VALIENTE, PUES SÉ QUE ALLÍ ENCONTRARÉ TODO LO NECESARIO PARA ALCANZAR EL ÉXITO Y SU PRESENCIA PERMANENTE EN MI VIDA ME LO ASEGURA.

 

ORACIÓN:

Dios y Señor Nuestro, Yahveh Raah, el Buen Pastor (Juan 10:11). Mi amado Señor y Salvador Jesucristo, yo sé que Tú eres el buen Pastor que ha dado su vida por nosotros, tus ovejas, Señor que protege, provee, dirige, guía y cuida a su pueblo. Dios que nos cuida tiernamente como un Pastor Poderoso y Paciente, razones por las cuales tenemos asegurado el éxito en nuestras vidas si te buscamos decididamente. Por eso hoy quiero tener tiempo para encontrarme contigo en tu Palabra y permitir que tu fuerza siempre me sostenga, mi éxito es deleitarme en Ti, y lo demás llega por añadidura, esa es tu promesa y yo la creo. Gracias, mi Buen Pastor Jesús, he orado en tu Poderoso Nombre ¡Amén!


Pr. Juan Manuel Lamus Ogliastri