miércoles, 12 de enero de 2022

VIDA REAL

 

SALMO 103:15-18 Nuestros días sobre la tierra son como la hierba; igual que las flores silvestres, florecemos y morimos. El viento sopla, y desaparecemos como si nunca hubiéramos estado aquí. Pero el amor del Señor permanece para siempre con los que le temen. ¡Su salvación se extiende a los hijos de los hijos de los que son fieles a su pacto, de los que obedecen sus mandamientos! (NTV)

 

De una visión realista de la vida.

¿Se ha distraído usted de lo eterno al vivir para disfrutar de lo temporal?

 

Nuestra cultura trata desesperadamente de posponer la muerte. Sin embargo, las vitaminas, el ejercicio y las dietas saludables acabarán siendo inútiles para ese fin, porque como dice y cuestiona la palabra en Santiago 4:14 NTV:

¿Cómo saben qué será de su vida el día de mañana? La vida de ustedes es como la neblina del amanecer: aparece un rato y luego se esfuma.

 

Todos moriremos, pero los seguidores de Jesucristo no tenemos porqué temer, de hecho, el apóstol Pablo nos asegura que, lejos de ser un cambio terrible, la muerte física en realidad nos lleva, a los que creemos, a casa para estar con el Señor para siempre (2 Corintios 5:8).

 

¡¡¡En última instancia, ninguno de nosotros tiene control sobre la duración

de nuestra vida, porque todos los días ordenados para nosotros

ya han sido escritos en el Libro de Dios!!!

(Salmo 139:16)

 

Por tanto, lo importante es cómo usamos los días que Él nos ha asignado. Al compartir el amor del Señor de cerca y de lejos, debemos recordar que nuestra ciudadanía está en el Cielo (Filipenses 3:20); estamos de paso en esta vida terrenal como peregrinos. Si nos volvemos demasiado cómodos aquí o buscamos encontrar nuestra seguridad y valor en el éxito mundano, no será posible mantener una perspectiva eterna.

 

Vuelvo y le pregunto: ¿Se ha distraído usted de lo eterno al vivir para disfrutar de lo temporal?

La manera de cambiar su enfoque hacia el Cielo es conocer y amar a Aquel que mora allí; al Señor Jesucristo, quien ha venido a darnos una vida real, plena y abundante.

 

CONFESIÓN DE FE:

HOY ESTOY PLENAMENTE CONVENCIDO QUE LA VIDA REAL ESTÁ EN JESUCRISTO Y EN LA ETERNIDAD AL LADO DE ÉL, PUES ÉL ES VIDA Y NUNCA SE CANSARÁ DE HACER ESA TRANSFORMACIÓN EN MÍ, ASÍ QUE NO ME DEJARÉ DISTRAER DE LO TEMPORAL, MANTENDRÉ MI VISTA EN LO ETERNO QUE JESÚS ME OFRECE.

 

ORACIÓN:

Padre Celestial, Elohim Chaiyim, Dios Viviente (Jeremías 10:10). Mi amado Rey y Señor Jesucristo, Tú, el Fuerte, estás vivo y eres el dador de vida; has creado la vida y todo lo que vive; quieres darnos una vida real, vida eterna, plena y abundante. Hoy quiero darte gracias mi Señor y dador de vida, pues Tú nos la das en abundancia, pero no por medio de obras o comportamientos, sino por medio de tu infinito amor y misericordia, que nos enseña la gracia que has derramado sobre la humanidad, para que creyendo y confiando en Ti caminemos libremente, sin religiosidad, por los principios y valores bíblicos que nos has enseñado y modelado tu estilo de vida, de manera que podamos edificar una vida real en Ti. Gracias, mi Señor y Salvador Jesucristo por la vida real, la vida eterna y la libertad que proveíste para los que en Ti creemos y en Ti confiamos; he orado en tu Poderoso Nombre ¡Amén!


Pr. Juan Manuel Lamus Ogliastri