AYUNO Y ORACIÓN
NEHEMÍAS 1:3,4 Me dijeron:
- "Las cosas no andan bien. Los que regresaron a la provincia de Judá tienen grandes dificultades y viven en desgracia. La muralla de Jerusalén fue derribada, y las puertas fueron consumidas por el fuego".
Cuando oí esto, me senté a llorar. De hecho, durante varios días estuve de duelo, ayuné y oré al Dios del cielo, y dije… (N.T.V.)
© La excelente práctica del ayuno y la oración. (Leer todo Nehemías 1)
El hermano de Nehemías llegó de Judá con malas noticias: los israelitas que vivían en Jerusalén estaban angustiados. Al enterarse de su sufrimiento, Nehemías ayunó y oró al Señor durante varios días. Durante ese tiempo, descubrió que Dios quería que pidiera ayuda al rey de Persia.
Ayunar y orar es una disciplina espiritual que nos ayuda a centrar nuestra atención en el Señor y descubrir su voluntad, para que podamos actuar de acuerdo con ella. Las personas ayunan de diversas maneras: algunas evitan los alimentos, mientras que otras se abstienen de varias actividades. El período de tiempo puede variar también. Pero el enfoque en cada caso debe ser el mismo:
© Buscar a Dios, y descubrir Su voluntad.
Cuando nos negamos a nosotros mismos suceden varias cosas:
1. El Espíritu Santo nos ayuda a dejar de lado los asuntos terrenales.
Las relaciones, el trabajo y el placer ocupan un lugar secundario al concentrarnos en Dios y sus propósitos.
2. Nuestra atención se desplaza de nosotros al Señor.
Nuestra manera de pensar se vuelve más clara y nuestra capacidad para entender los planes de Dios se agudiza, porque no estamos distraídos en otras cosas.
3. El Señor nos limpia espiritualmente.
Su Espíritu nos convence de alguna actitud o conducta pecaminosas. Después de confesar nuestro pecado, somos perdonados y limpiados (1 Juan 1:9).
Cuando nos lleguen noticias inesperadas, como a Nehemías, es posible que nos preocupemos, él sabiamente buscó al Señor mediante el ayuno y la oración.
© ¡Hagámoslo! Practiquemos esta disciplina espiritual.
CONFESIÓN DE FE:
SÉ QUE LA PRÁCTICA DE LA DISCIPLINA ESPIRITUAL DEL AYUNO Y LA ORACIÓN PUEDE AYUDARME, TAMBIÉN A MÍ, A ESCUCHAR CON CLARIDAD AL PADRE CELESTIAL Y A ENFRENTAR CADA SITUACIÓN DE ACUERDO CON SU VOLUNTAD.
ORACIÓN:
Mi Señor y Salvador Jesucristo, El Rachum, Dios de Compasión (Deuteronomio 4:31). Tu naturaleza es de amabilidad, pues Tú, El Todopoderoso, estás lleno de compasión y sentimiento por tu pueblo, y sé que estás completamente libre de crueldad o mezquindad, pues tu compasión es infinita y llena de amor y misericordia en abundancia. Por todo esto y más, yo quiero darte gracias, mi Señor, pues puedo acudir a tu Presencia por medio del ayuno y la oración, y estar seguro de que me dejaras saber tu buena, agradable y perfecta voluntad en cualquier caso o circunstancia que puedan agobiar mi vida, para yo actuar conforme a tu oportuna y exacta instrucción. Gracias Padre Celestial por el ayuno y la oración, herramientas que nos das para acudir a Ti con seguridad y escucharte con claridad. He orado en el Poderoso Nombre de Jesús. Amén.