jueves, 2 de julio de 2020

INQUEBRANTABLES

 

PROVERBIOS 3:5-7 Confía en el Señor con todo tu corazón, no dependas de tu propio entendimiento. Busca su voluntad en todo lo que hagas, y Él te mostrará cuál camino tomar. No te dejes impresionar por tu propia sabiduría. En cambio, teme al Señor y aléjate del mal. (NTV)

 

De cómo responder a los tiempos difíciles, en medio de las aflicciones.

Los tiempos difíciles sirven para separar el "trigo" de la "paja", o sea, cuando dos personas enfrentan dilemas parecidos:

Una se acerca más a Dios, da fruto espiritual, y se vuelve más apacible.

Pero la otra se llena de ansiedad, amarga su espíritu, y se llena de dudas secretas en cuanto a la fidelidad del señor.

La diferencia tiene que ver con la manera como cada uno responde a las dificultades.

 

Todos sabemos que las dificultades son parte de la vida. Ser cristiano no cambia ese hecho (Juan 16:33). Lo que cambia es nuestra comprensión de la Soberanía de Dios, pues nada toca nuestras vidas a menos que Dios lo permita. El Señor permitió que un rey asesino persiguiera a David durante años (1 Samuel 23), pero el fugitivo respondió a la adversidad con fe, y llamó a Dios su amparo y refugio (Salmo 59:16).

 

Nos enfrentamos a los retos por muchas razones:

Dios los permite para que podamos desarrollar fe, fortalecer nuestro carácter, cambiar nuestra perspectiva, o profundizar nuestra compasión.

A veces, otros creyentes llegan al cielo antes de haber comprendido el porqué tuvieron que soportar sufrimientos.

Pero cualquiera que sea la prueba o el propósito de Dios al permitirla, Él está dispuesto a ayudarnos en nuestra aflicción (Salmo 46:1). Cuando la aflicción nos quita todas las muletas, a uno solamente le queda el Señor.

 

¿Puede usted pensar en una mejor situación,

que encontrarse sostenido por nuestro fiel y soberano Dios?

¡¡¡Aunque algunas personas son destruidas por las aflicciones,

otras se convierten en creyentes inquebrantables!!!

 

CONFESIÓN DE FE:

PUEDO VOLVERME A DIOS EN BUSCA DE CONSUELO, GUÍA Y AYUDA, O PUEDO ENOJARME Y RESENTIRME POR NO HABER SIDO RESCATADO DE MI VALLE DE SOMBRA. YO ESCOJO LO PRIMERO, PUES ME PROPONGO SER UN CREYENTE INQUEBRANTABLE.

 

ORACIÓN:

Padre Celestial, El Gibor, Dios Todopoderoso (Isaías 9:6). Mi amado Dio y Señor Jesucristo, Tú eres un guerrero poderoso y la fuerza mayor en todo el universo, por eso acudo a Ti en mi aflicción, seguro de tu poder y tu interés por mí, por rescatarme de los valles de sombra, de la oscuridad en la que yo mismo a veces me meto o a la que las circunstancias me llevan. Gracias Espíritu Santo por ser mi consuelo, guía y ayuda en todo momento, lugar y circunstancia, porque tú eres mi paracleto, mi apoyo, mi muleta, mi sostén. Gracias, mi Padre Celestial por hacer de mi un creyente inquebrantable por medio de tu poder infinito, del cual Tú me has llenado, gracias, mi Señor Jesús por tu fidelidad y soberanía; he orado en tu Poderoso Nombre ¡Amén!


Juan Manuel Lamus O.