miércoles, 27 de julio de 2022

SANO JUICIO

 

SALMO 85:8 Escucharé lo que hable el Señor Dios; pues Él hablará paz a su pueblo y a sus fieles para que no se vuelvan a la locura. (RVA'15)

 

De cómo saber si se está en sano juicio o si se está fuera de juicio.

Sano Juicio: Facultad del alma, por la que el hombre puede distinguir el bien del mal y lo verdadero de lo falso. Estado de sana razón opuesto a locura o delirio.

 

🤷🏻 ¿Está en su juicio o está fuera de juicio?

Se ha preguntado alguna vez ¿cómo es que una persona que siempre la vio con muy buena salud, y no solo eso, sino como un ejemplo de trabajo, o como un miembro valioso dentro de la sociedad, ya que ha llevado un estilo de vida, aparentemente sano, entonces de pronto se entera, que quizás esté muriendo en un hospital, debido a un colapso nervioso, o problemas cardíacos, o peor aún problemas mentales, o quizá ha llegado hasta una cárcel?

Bueno, si nos tomáramos el tiempo para ir a los hospitales, y las cárceles para hacer una encuesta nos daríamos cuenta de que una gran mayoría de los que se encuentran en ese lugar, un día estuvieron en su sano juicio, pero de pronto su mente, su corazón los traicionó y los llevó al lugar donde se encuentran hoy.

 

Este es un término muy usado dentro de la asociación de los alcohólicos y narcóticos anónimos, ya que ellos reconocen que la adicción al alcohol y/o a las drogas lleva a cualquier ser humano a perder la cordura, y le hace entrar en un estado de locura, ya que la mente del alcohólico o drogadicto es transformada debido a la injerencia de esos elementos, llevándolo así a cometer muchos errores, que en sus cinco sentidos jamás cometería. Los AA o NA tienen una guía de doce pasos, y algo clave, es que, en su primer paso, ellos tienen que aceptar que para poder salir de su problema de adicción necesitan reconocer dos cosas:

1.     Primero que son impotentes ante su dependencia y

2.    Segundo que su vida es ingobernable.

 

Este es el principio del Sano Juicio en la vida de todo ser humano,

no solamente de alguien que tenga problemas adictivos, sino de todos:

¡¡¡Aceptar su impotencia y el ser gobernado por el Dios de la Creación!!!

 

En el pasaje que estudiamos hoy, el salmista nos está invitando a detenernos para escuchar, ya que una persona que no se detiene, difícilmente puede oír atentamente lo que se le está tratando de enseñar, ya que se necesita ser humilde para prestar atención a los consejos que otros puedan traer a nuestra vida. Cuanto más, el oír atentamente lo que el Señor de los Cielos quiere decirnos, sencillamente para preservar nuestras mentes de desvariar, ya que la Palabra de Dios es como la sal, que preserva la carne para que no se corrompa.

 

Hay dos maneras de vivir la vida:

1.     Llenos de nuestros propios pensamientos, tomando nuestras propias decisiones, sabiendo que tarde o temprano pueden llevarnos a perder la cordura, o…

2.    Siendo sabios, deteniéndonos para aprender a prestar atención a la voz de nuestro Dios, quien quiere hablarnos sobre sus pensamientos de paz y no de mal; esto es para todo aquel que le invoque y busque sus caminos, guardándose así a través de su Palabra, de la locura y la pérdida del sano juicio.

 

Como siempre dos opciones:

Tú decides vivir tu vida en locura, sin entendimiento y sin sometimiento, o…

Decides rescatar el sano juicio a través del Señor Jesucristo, quien vino para darnos su mente, su vida, su sano juicio y, sobre todo, la vida eterna.

 

CONFESIÓN DE FE:

YO DECIDO CAMINAR DE LA MANO DEL SEÑOR POR LA VIDA EN SANO JUICIO, SIN DEJAR QUE LA LOCURA QUE OFRECE EL MUNDO ME PUEDA IMPACTAR, ENTONCES ACEPTARÉ MI IMPOTENCIA DEJANDO QUE ÉL GOBIERNE TOTALMENTE MI VIDA.

 

ORACIÓN:

Padre celestial, Jehová Rapha, el Señor que me Sana (Éxodo 15:26). Mi amado Dios y Señor Jesucristo, Tú eres el Gran Médico y la fuente última de toda sanidad espiritual, física, emocional, mental, social, ambiental, etc. Por eso sé que, si necesito alguna de estas sanidades, eres el primero a quien debo recurrir. Señor Jesucristo, Tú eres mi roca y mi fortaleza, quien levanta mi cabeza, Tú me sanas el alma herida de todas mis aflicciones, sé que solo teniendo una experiencia espiritual y personal al encontrarme cara a cara contigo, puedo tener esa sanidad integral tan anhelada, de manera que así, sanado, liberado y restaurado, pueda servirte efectivamente y con todas mis fuerzas. Gracias, mi amado Señor y Salvador Jesucristo por la sanidad integral que me has dado; he orado en tu Poderoso Nombre ¡Amén!


Pr. Juan Manuel Lamus Ogliastri