viernes, 24 de marzo de 2023

¿CRISTIANO SEGUIDOR?

 

LUCAS 9:57-62 Mientras caminaban, alguien le dijo a Jesús:

      Te seguiré a cualquier lugar que vayas. Jesús le respondió:

      Los zorros tienen cuevas donde vivir y los pájaros tienen nidos, pero el Hijo del Hombre no tiene ni siquiera un lugar donde recostar la cabeza. Dijo a otro:

      Ven, sígueme. El hombre aceptó, pero le dijo:

      Señor, deja que primero regrese a casa y entierre a mi padre. Jesús le dijo:

      ¡Deja que los muertos espirituales entierren a sus propios muertos! Tu deber es ir y predicar acerca del Reino de Dios. Otro dijo:

      Sí, Señor, te seguiré, pero primero deja que me despida de mi familia. Jesús le dijo:

      El que pone la mano en el arado y luego mira atrás no es apto para el Reino de Dios. (NTV)

 

De lo que cuesta seguir a Jesús y ser apto para el Reino de Dios.

🤷🏻 ¿Es usted realmente un verdadero seguidor de Jesucristo?

 

Muchos de quienes hoy día desean seguir a Jesús se detienen o vuelven atrás cuando se dan cuenta del precio que deben pagar por resolver las fallas y buscar la madurez espiritual, entonces su actitud cambia y lo piensan dos veces.

 

¡¡¡Renuncia, compromiso, esfuerzo y perseverancia son cuatro elementos

que se combinan armoniosamente en quienes están decididos

a convertirse en verdaderos discípulos seguidores de Jesús!!!

 

Si les pregunta a varias personas a su alrededor si son cristianas, de inmediato le responderán que sí. Lo más probable es que el 90% de quienes encueste afirmarán que creen en Jesús el Señor. Hasta allí todo va bien. El asunto se complica si usted les cuestiona: ¿Sigue usted las enseñanzas de Jesucristo?

 

El porcentaje de quienes asienten disminuirá ostensiblemente. Ser cristiano y en particular, discípulo de Jesús, no es un asunto trivial, es mucho más que un calificativo. Demanda sujetarnos a sus enseñanzas y llevarlas a la práctica en nuestra existencia. Una escena que ilustra este principio la encontramos en el pasaje que estudiamos hoy, léalo nuevamente. Imagine un guerrero, alguien que milita en un ejército y está preparado las 24 horas para enfrentar al enemigo. Esa es la mejor figura que podemos traer a colación cuando nos referimos a un discípulo de Cristo, debe tener claro que en su proceso de seguirlo encontrará oposición, no solo de quienes le rodean sino del enemigo espiritual.

 

"El camino cristiano no es difícil en sí mismo, sino que se torna difícil por los ataques del enemigo que quiere sacarnos del camino. Las dificultades no provienen de Dios sino de los desafíos del mundo, de la carne y del demonio. Si nos mantenemos en el camino angosto y no nos asustamos de los ataques ni prestamos oído a las mentiras del enemigo, no tendremos dificultad alguna en aplicar la victoria de Jesús en cada situación, y avanzar hacia delante triunfantes y gozosos suceda lo que suceda. Dios no nos quiere derrotados." (Dennis Bennet - "El Espíritu Santo y tú")

 

Entonces el reto de un verdadero seguidor es permanecer en Cristo por encima de todas las circunstancias, haciendo frente a los ataques.

 

CONFESIÓN DE FE:

PROCURARÉ VIVIR CONFORME A LA VOLUNTAD DE DIOS, Y DE ESTA MANERA SEGUIR, SUJETARME Y PRACTICAR LAS ENSEÑANZAS DE JESÚS, DE MANERA QUE PUEDA SER UN VERDADERO CRISTIANO SEGUIDOR Y APTO PARA EL REINO DE DIOS.

 

ORACIÓN:

Dios y Señor mío, Yahveh Elohim, el Señor Dios (Génesis 2:4). Señor Jesús, Adonai, Rey de reyes y Señor de señores, Soberano Rey y Señor mío, hoy quiero darte gracias por tu Espíritu Santo y por tu Palabra, pues me ayudan en mi crecimiento espiritual, tu Santo Espíritu me guía, me protege y me consuela; y tu Palabra es la mejor herramienta que pueda tener a la mano, y en mi corazón, para aprender a ser un verdadero seguidor tuyo; y quiero serlo porque te amo, porque creo firmemente en Ti como mi Señor y Salvador, y no por todo lo que has hecho, estás haciendo y harás por mí y en mí, pues no necesito satisfacer mis emociones sino llenar mi espíritu con la hermosa y poderosa Presencia del tuyo. Gracias mi Señor y Salvador Jesucristo por hacerme apto para el Reino de Dios; he orado en tu Poderoso Nombre ¡Amén!


Pr. Juan Manuel Lamus Ogliastri