lunes, 8 de abril de 2024

FE & ESPERANZA

 

1 CORINTIOS 13:13 (NVI) Ahora, pues, permanecen estas tres virtudes: la fe, la esperanza y el amor. Pero la más excelente de ellas es el amor.

 

Hay un dicho popular que dice: "La esperanza es lo último que se pierde", sin embargo lo que he podido notar en muchas personas es que lo primero que pierden es la esperanza.

 

Hablar de la esperanza es hablar de la fe, del futuro, es hablar de los sueños

que nos gustaría ver realizados en nuestra vida, y en los tiempos que vivimos hoy 

todos necesitamos que nos inyecten una dosis de esperanza, pues…

¡¡¡Sin ella la vida se nos hace cuesta arriba

como también se nos puede ir cuesta abajo!!!

 

☝🏼 Alguna vez se preguntó:

¿Hay esperanza para mí? o

¿Hay esperanza para mi matrimonio?

¿Cómo puedo obtener esperanza?

Puedo responderle que si está leyendo esta reflexión es que hay esperanza para usted, y puede obtenerla:

 

1.     Confiando en Dios y en cada una de sus promesas. Él es fiel y quiere lo mejor para su vida. Usted no vive de casualidad, usted vive porque Él le creó con un propósito. Muchas personas al vivir sin propósito han perdido la esperanza y esto trae como consecuencia que pierdan sus sueños. Al no tener un propósito claro y definido se engendra una falta de esperanza. Y es muy diferente cuando usted conoce el propósito, porque tiene enfoque, disfruta el presente y camina hacia su destino.  Conocer su propósito le da esperanza, produce fe y aumenta la confianza. Desconocerlo produce angustia, incertidumbre y falta de fe, entonces la pregunta es: ¿Conoce su propósito?

 

2.    Cambiando de actitud. Usted puede elegir con qué actitud quiere vivir, con una de quejas o con una actitud de acción de gracias. Mucho de la actitud que tenemos en nuestra vida depende de cómo alimentamos nuestro espíritu y nuestra mente. Si constantemente estoy escuchando o leyendo cosas negativas lo más probable es que reaccione negativamente. En cambio si leo o escucho cosas positivas mis reacciones serán positivas. Una actitud positiva trae expectativas positivas y esto brinda esperanza, y aquí la pregunta es: ¿Cuál es su actitud ante la vida?

 

3.    Controlar las palabras que decimos. Hay poder en cada una de las palabras que nos decimos a nosotros mismos. De su boca solo pueden salir dos clases de palabras: bendición y maldición, no hay término medio. Lo que nos decimos a su tiempo se convierte en realidad, pues lo creemos. Es importante que pueda hablarse a sí mismo como un ganador, que se hable como un vencedor o como Dios dice que usted es. Las palabras que se diga crearán esperanza o desesperanza; y la pregunta es: ¿Cuáles son las palabras que más se dice?

 

4.   Actuar en fe. El apóstol Santiago nos recuerda que la fe sin obras está muerta. Si no toma acción en su vida nada va a suceder, tiene que moverse en dirección hacia lo que quiere lograr. Cada día debe avanzar, no se detenga en la búsqueda de la felicidad, si cree debe actuar; entonces: ¿Qué pasos necesita hacer para alcanzar sus sueños?

 

La vida es un viaje donde todos los días estamos aprendiendo y cuando aprendemos crecemos, y cuando crecemos disfrutamos la vida. Su pasado no determina su futuro; sus fracasos no determinan su destino; entonces no deje que las circunstancias le detengan, tampoco deje que las excusas gobiernen su vida.

 

CONFESIÓN DE FE:

HOY ES UN BUEN DÍA PARA DESARROLLAR ESPERANZA, PARA RETOMAR ESOS SUEÑOS Y CUMPLIRLOS, ENTONCES ME ATREVERÉ A CAMBIAR, A SOLTAR EL PASADO POR UN FUTURO MEJOR, HARÉ QUE BRILLE LA ESPERANZA EN MI VIDA, Y SÉ QUE HOY ES EL MEJOR DÍA PARA TENER FE Y ESPERANZA.

 

ORACIÓN:

Dios Trino, Elohim, Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo, El Emunah, el Dios Confiable (Deuteronomio 32:4). Mí amado Dios, Señor y Salvador Jesucristo eres completamente confiable, por eso sé que puedo poner mi esperanza en Ti. Entonces puedo decir que en Ti confío plenamente y estoy seguro del trabajo arduo y permanente que Tú ejerces en mi vida; el amor sin límites que Tú me prodigas, a veces sin que siquiera yo lo pueda notar; la seguridad de que siempre estas a mi lado y tienes cuidado de todas mis necesidades me da la suficiente confianza para vivir tranquilo y sosegado. Gracias Dios mío porque en Ti tengo puesta mi esperanza, mi confianza y mi fe, con la seguridad de que Tú eres el ancla de mi alma cuando surgen las tormentas de la vida y la barca parece naufragar. He orado en el Poderoso Nombre de Jesús ¡Amén!


Pr. Juan Manuel Lamus Ogliastri