CLAMEMOS
SALMO 57:1-3 ¡Ten misericordia de mí, oh Dios, ten misericordia! En Ti busco la protección. Me esconderé bajo la sombra de tus alas hasta que haya pasado el peligro. Clamo al Dios Altísimo, a Dios, quien cumplirá su propósito para mí. Él mandará ayuda del cielo para rescatarme, y avergonzará a los que me persiguen. Mi Dios enviará su amor inagotable y su fidelidad. (N.T.V.)
© Cuando clamamos a Dios, hagámoslo con la oración que le agrada.
© Cuando usted enfrenta una crisis, ¿qué es lo primero que hace?
La respuesta natural es tratar de solucionar el problema con sus propias fuerzas.
Sin embargo, Dios nos ofrece una manera diferente de enfrentar las dificultades.
David no fue ajeno a la presión o a las repentinas apariciones del mal. Cuando escribió el Salmo 57, enfrentaba muchas dificultades, incluyendo la persecución del rey Saúl, que quería asesinarlo (1 Samuel 24). La respuesta del pastor de ovejas y futuro rey de Israel, fue clamar a Dios y refugiarse en Él hasta que su calamidad cesara, y esto le agrado a Dios.
Aprendamos del ejemplo de David, examinando sus palabras, nos centraremos en Aquel a quien el salmista clama, nuestro Dios Todopoderoso:
1. David se refiere a Dios como El Elyon, o Gobernante Supremo; Él es el Altísimo, con todo poder y sabiduría, el único que puede ayudarnos en nuestra necesidad.
2. El salmo dice que Dios es nuestra roca y refugio, El Sali (Salmo 62:7). Si Él es un lugar de refugio para nuestra alma, entonces no tenemos que temer. Él ronda sobre nosotros y nos protege cuando surgen las crisis.
3. El salmo expresa plena confianza de que el Todopoderoso puede realizar, y realizará, todas las cosas, El Shaddai (Génesis 17:1). Él hará lo que sea necesario para intervenir a nuestro favor y para pedir cuentas a quienes nos atacan, rodeándonos con su amor y su verdad.
Durante su tiempo en la Tierra, Jesús demostró su gran amor. Por tanto, podemos acercarnos a Él cuando nuestro corazón está atribulado, clamando por su ayuda y protección, esto le agrada a Él.
CONFESIÓN DE FE:
SÉ QUE PUEDO CLAMAR, IR DELANTE DEL TRONO DE AQUEL QUE ES MI PODEROSO PROTECTOR, QUE TIENE EL PODER Y EL DESEO DE LLEVAR A CABO TODO LO QUE YO NECESITE.
ORACIÓN:
Padre Santo que estás en los cielos, El Sali, Dios es mi Roca (Salmo 62:7). Grande en misericordia, Dios Todopoderoso, nuestro Refugio y Protector, Gobernante Supremo de todo el universo, Altísimo y lleno de sabiduría; gracias quiero darte hoy porque yo puedo invocar tu Nombre que está lleno de atributos para ayudarme en todas mis necesidades, protegerme cuando surgen las crisis y rodearme de tu amor y tu verdad, interviniendo a mi favor cuando los enemigos quieren atacarme. Qué más podría yo pedir, sino más bien dar infinitas gracias por todos estos beneficios, de los que puedo gozar solo por creer y confiar en ti plenamente. Gracias Espíritu Santo por ser mi Señor, Protector, Ayudador y Consolador en toda circunstancia y lugar. He orado en el Poderoso Nombre de Jesús. Amén.