miércoles, 13 de junio de 2018

ARREPINTIÉNDOSE

 

2 CORINTIOS 7:8-10 No lamento haberles enviado esa carta tan severa, aunque al principio sí me lamenté porque sé que les causó dolor durante un tiempo. Ahora me alegro de haberla enviado, no porque los haya lastimado, sino porque el dolor hizo que se arrepintieran y cambiaran su conducta. Fue la clase de tristeza que Dios quiere que su pueblo tenga, de modo que no les hicimos daño de ninguna manera. Pues la clase de tristeza que Dios desea que suframos nos aleja del pecado y trae como resultado salvación. No hay que lamentarse por esa clase de tristeza; pero la tristeza del mundo, a la cual le falta arrepentimiento, resulta en muerte espiritual. (NTV)

 

¡En su Presencia! Arrepiéntase y sea limpiado. Este es un llamado de Dios al genuino arrepentimiento, reconociendo el pecado, poniéndose de acuerdo con Él y consagrando por completo su vida.

 

Hay tres palabras que describen el proceso del arrepentimiento: reconocimiento, acuerdo y consagración:

1. Reconocimiento. El reconocimiento viene a medida que estudiamos las Escrituras y aprendemos qué cosas identifica Dios como pecado. Mientras no reconozcamos que nuestras acciones son erradas, no veremos ninguna necesidad real de confesárselas a Dios.

2.  Acuerdo. Luego debemos estar de acuerdo con la evaluación del Señor sobre nuestra conducta. Si no estamos de acuerdo con Él, nuestra confesión tendría más que ver con evitar las consecuencias de nuestro pecado que con un pesar genuino por haber violado sus estándares santos.

3. Consagración. Finalmente, la consagración también es necesaria. Debemos procurar alejarnos constantemente del pecado escogiendo andar en obediencia, siguiendo los mandamientos de Dios y sabiendo que Él nos fortalecerá para hacerlo.

 

Recuerde que Cristo promete que cuando Él lo hace libre, usted es libre de verdad (Juan 8:36). Esto significa que cuando le pertenece a Cristo, usted puede cambiar de forma permanente y ser totalmente liberado de la servidumbre que le esclaviza. Por consiguiente, arrepiéntase por completo para que pueda disfrutar de la vida abundante que Cristo vino a darle (Juan 10.10B), entonces podrá decir: 

¡En su presencia! Me arrepiento y soy limpiado.

 

CONFESIÓN DE FE:

BUSCARÉ EL VERDADERO ARREPENTIMIENTO APARTÁNDOME DE MIS PECADOS HABITUALES LUCHANDO CONTRA LA TENTACIÓN, ACERCÁNDOME A DIOS CONFIADAMENTE PARA CONFESARLOS Y CONSAGRANDO MI VIDA A ÉL.

 

ORACIÓN:

Padre Santo, Elohim Selichot, Dios del Perdón (Nehemías 9:17). Mi amado Rey y Señor Jesús, los hombres podemos ser lentos para perdonar, pero está en tu naturaleza el perdonar, por eso hoy Señor, reconozco mi pecado, estoy de acuerdo con lo que tu Palabra dice al respecto y te entrego mi vida. Amado Padre Celestial, gracias por tu Espíritu Santo que trabaja permanentemente en mí y me redarguye en cuanto a mis pecados, pero a la vez me da la fortaleza necesaria para enfrentar la tentación que cada día viene sobre mi vida. Así que yo estoy dispuesto a luchar de tu mano para evitar las consecuencias de mi pecado, los cuales yo sé que Tú perdonas, si estoy genuinamente arrepentido. Gracias mi Señor y Salvador Jesucristo por tu amor y tu misericordia, por medio de los cuales perdonas todos los días mis faltas. He orado en tu Poderoso Nombre, Jesús ¡Amén!


Juan Manuel Lamus O.