viernes, 8 de agosto de 2014

AMARGURA

AMARGURA

 

ISAIAS 30:15 Porque así dice el Señor Omnipotente, el Santo de Israel: En el arrepentimiento y la calma está su salvación,  en la serenidad y la confianza está su fuerza, ¡pero ustedes no lo quieren reconocer! (N.V.I.)

 

©      Preocuparse es pecado, pues deja ver la falta de confianza en Dios. De cómo la amargura nos lleva a la ruina y la enfermedad por la desconfianza.

El rey Saúl lo tenía todo: la unción de Dios como gobernante; el profeta Samuel para guiarlo; el poder y la riqueza del reino de Israel; la aprobación de la gente. Sin embargo, murió amargado.

 

Ø  ¿Qué pasos lo llevaron a su ruina y su amargura?:

1.   La ira. Cuando Goliat fue derrotado, la multitud alabó a Saúl como el que había matado a miles, pero a David como el que había liquidado a diez miles. En vez de regocijarse de que Dios había levantado a alguien para que matara al gigante, Saúl se airó contra David porque éste recibió más elogios que él.

2.   La desconfianza. El temperamento irascible del rey Saúl afectó su mente, y tuvo sospechas de las intenciones de David. Comenzó pensando que, debido a que el Señor estaba con David, el joven querría quitarle el reino.

3.   El temor. Llevó a Saúl a conspirar contra David y a arrojarle lanzas.

4.   El rechazar. El rey envió a David lejos de su presencia.

5.   El miedo. El terror del rey Saúl creció y se hizo más virulento con el éxito militar de David y con el amor cada vez mayor de la gente por él.

6.   Actos engañosos. El rey trató dos veces de manipular a David ofreciéndole una de sus hijas en matrimonio. Ambas veces conspiró para que David fuera asesinado por los filisteos, y falló en los dos intentos. La reacción de Saúl fue convertirse en enemigo de David por el resto de su vida. De allí en adelante reinó la amargura.

 

Aunque los detalles de nuestra vida no son los mismos del rey Saúl, sí lo son los pasos que llevan a la amargura y a la ruina.

©      ¿Qué ira no resuelta está usted dejando ulcerar?

©      ¿A quién está evitando por animosidad?

©      ¿No quisiera confesar su pecado, volverse a Dios y ser libre?

Hoy es un buen día para hacerlo, no te dejes llevar a la ruina y la desconfianza por causa de la amargura.

 

CONFESIÓN DE FE:

NO PERMITIRÉ QUE LA IRA, LA DESCONFIANZA, EL TEMOR, EL RECHAZO, EL MIEDO, LA ENVIDIA O LOS ENGAÑOS, ME ROBEN EL GOZO DE DIOS Y ME LLEVEN A LA DESCONFIANZA, LA RUINA Y FINALMENTE A LA AMARGURA.

 

ORACIÓN:

Padre Celestial, Elohim Mauzi, Dios de mi Fortaleza (Salmo 27:1). Gracias Dios Omnipotente pues Tú eres mi escudo y mi fortaleza. Cuando nos damos cuenta que somos débiles, entonces, Tú puedes hacernos fuertes cuando estamos contigo y caminamos de tu mano. La envidia es un sentimiento muy dañino, produce codicia, resentimiento, sensación de impotencia y, sobre todo, insatisfacción y cierto grado de protesta. Hoy clamo a Ti para que ninguno de estos sentimientos se manifieste en mi vida solo porque alguien, o la envidia, o alguna circunstancia quieran amargarme la vida. Yo se que Tu eres mi escudo; y la fe y la confianza en Ti mi fortaleza. Gracias mi amado Señor y Salvador Jesucristo por librarme de la amargura. Amén.

 
Juan Manuel Lamus O.

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