martes, 25 de noviembre de 2014

EVANGELIZACIÓN

 

EVANGELIZACIÓN

 

HECHOS 1:6-8 Los que lo acompañaban le preguntaron: Señor, ¿vas a restablecer ahora el reino de Israel? Jesús les contestó:

No es cosa de ustedes saber la fecha o el momento que el Padre se ha reservado fijar. Ustedes recibirán la fuerza del Espíritu Santo que descenderá sobre ustedes y los capacitará para que den testimonio de mí en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y hasta el último rincón de la tierra. (B.L.P.H.)

 

©      La Evangelización: El supremo llamado del creyente.

Cierto día un hombre se me acercó para contarme su historia. Había sido adicto a las drogas y tenía una vida sin esperanzas cuando escuchó un versículo de la Biblia en un mensaje. Dijo que un pasaje lo llevó a poner su fe en Cristo, entonces el hombre fue salvo y Dios transformó su vida.

 

Cada creyente tiene una historia. Usualmente, cuanto más nos rendimos a Dios, mayor es nuestra capacidad de ver su mano en nuestra vida y cuanto más lo vemos obrar, más fuerte es nuestro deseo de compartir con otros todo lo que Él ha hecho, así que debemos echar la red, pues el lago y los peces están listos.

Lo mismo puede decirse de los primeros discípulos. Un pequeño grupo de personas se reunió alrededor del Señor Jesús antes de su ascensión. Oyeron su mandato de llevar el evangelio a todo el mundo, hacer discípulos y bautizar a personas de todas las naciones. Esto, de seguro, parecía una tarea abrumadora para un puñado de seguidores, pero obedecieron. Sus experiencias personales con Cristo, sin duda, los motivó a compartir las buenas nuevas, y también a tener confianza en la promesa de la presencia y el poder de Jesucristo.

 

Nosotros, también, debemos tomar en serio la orden de Cristo. Uno de nuestros supremos llamamientos como creyentes, es hablar de Él a otros. Como sucedió con los primeros cristianos, nuestra propia experiencia con el Salvador es la historia más emocionante y convincente que podemos compartir.

©      ¿Está usted hablando a otros de Cristo?

Amar a Dios implica no solamente tener una relación personal con Jesús, sino también compartirlo con los demás. Dios tiene preparado el lago hacia el cual debemos ir a pescar e impactar personas, vamos, practiquémoslo.

 

CONFESIÓN DE FE:

EL MUNDO A MI ALREDEDOR NECESITA EL PODER DE CRISTO. DEJARÉ QUE EL ESPÍRITU SANTO ME GUÍE Y ME CAPACITE PARA COMPARTIR A CRISTO DE MANERA EFECTIVA CON QUIENES ME RODEAN, ECHARÉ LA RED.

 

ORACIÓN:

Dios Todopoderoso, El Gibor, (Isaías 9:6). Espíritu Santo, el Sello de la Promesa (Efesios 1:13), Padre Celestial gracias quiero darte hoy por el poder que has determinado proveer para aquellos  que habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de nuestra salvación, y habiendo creído en Ti, fuimos sellados con el Espíritu Santo de la promesa. Solo ayúdanos Señor, para que seamos diligentes en ejercer el supremo llamado a la evangelización, seguros de que la promesa de estar con nosotros en tan honrosa tarea es cierta y nos facilitara la labor. Gracias mi Señor y Salvador Jesucristo por proveer una historia hermosa y verdadera de salvación para compartir con mis semejantes. Amén.


Juan Manuel Lamus O.