miércoles, 22 de febrero de 2017

RELACIÓN ESTRECHA

 

ISAÍAS 55:1-5 "¿Alguien tiene sed? Venga y beba, ¡aunque no tenga dinero! Vengan, tomen vino o leche, ¡es todo gratis! ¿Por qué gastar su dinero en alimentos que no les dan fuerza? ¿Por qué pagar por comida que no les hace ningún bien? Escúchenme, y comerán lo que es bueno; disfrutarán de la mejor comida. Vengan a mí con los oídos bien abiertos. Escuchen, y encontrarán vida. Haré un pacto eterno con ustedes. Les daré el amor inagotable que le prometí a David. Vean cómo lo usé a él para manifestar mi poder entre los pueblos; lo convertí en un líder entre las naciones. Tú también darás órdenes a naciones que no conoces, y pueblos desconocidos vendrán corriendo a obedecerte, porque Yo, el Señor tu Dios, el Santo de Israel, te hice glorioso". (N.T.V.)


©  De la importancia de tener hambre y sed de Dios para establecer una relación estrecha con Él. La historia de David nos inspira a querer tener una relación estrecha con Dios. Pero…

©  ¿De dónde surge esa clase de pasión?

No se fabrica ni se crea mediante el esfuerzo o la fuerza de voluntad, pues nuestra naturaleza carnal nunca nos permitiría mantener ese nivel de dedicación. El hambre y la sed de Dios son, en realidad, un don del Señor mismo.

 

Dios nos predestinó para que fuéramos transformados a la imagen de su Hijo, y por eso plantó en nosotros el deseo innato de conocer al Salvador y de ser conocidos por Él. El problema es que muchas personas, confundiendo este anhelo con ansias de otros tipos, buscan cosas como el afecto, la adulación o la fama. Van por la vida tratando de crear cualquier tipo de relación personal que puedan, para satisfacer los deseos que ni siquiera entienden. Con demasiada frecuencia, el resultado es relaciones superficiales, trabajo excesivo y una conducta inmoral. La gente corre de aquí para allá, haciendo todo lo que pueden para satisfacer un hambre innata creada por el Todopoderoso, un hambre tan poderosa que solamente sacia la intimidad con Dios. David sabía que solo había una solución para el anhelo constante que había en su corazón. Como dijo Agustín de Hipona: "Nuestros corazones estarán errantes hasta que descansen en Ti".

 

Dios ha creado en nosotros la capacidad de relacionarnos personalmente con Él. Pero nuestra naturaleza pecaminosa no nos da el poder de generar tal relación. Si usted está tratando de satisfacer su hambre y sed innatas con sus propias fuerzas, busque al Señor, quien es el creador de nuestros deseos.

 

CONFESIÓN DE FE:

SI TENGO HAMBRE Y SED DEL SEÑOR, ÉL ME DARÁ GOZO Y DESPERTARÁ UN ANHELO MÁS PROFUNDO DE ÉL EN MI ALMA. CUANTO MÁS SATISFECHO ESTOY CON CRISTO, MÁS QUIERO UNA RELACIÓN ESTRECHA CON ÉL.

 

ORACIÓN:

Padre Celestial, Jehová El Shaddai, Dios el Todo Suficiente (Génesis 17:1). Como una madre que amamanta, Tú, Dios Todopoderoso, nutres y satisfaces completamente a tu pueblo y tomas cuidado de todas sus necesidades. Gracias Dios mío porque puedes saciar también esa hambre y sed de conocer de Ti cada día más, de satisfacer esa necesidad espiritual de nuestras almas, porque Tú despiertas ese anhelo y abres nuestra mente y nuestro corazón para lograr así mayor comprensión de Ti, de manera que ese deseo nos lleve finalmente al deleite de tu Presencia en nuestras vidas. Gracias mi Señor y Salvador Jesucristo por ser esa fuente de agua viva que refresca y sacia mi vida. Amén.


Juan Manuel Lamus O.