martes, 18 de mayo de 2021

¡DIOS DESEA!

 

1 CORINTIOS 4:2-5 Ahora bien, alguien que recibe el cargo de administrador debe ser fiel. En cuanto a mí, me importa muy poco cómo me califiquen ustedes o cualquier autoridad humana. Ni siquiera confío en mi propio juicio en este sentido. Tengo la conciencia limpia, pero eso no demuestra que yo tenga razón. Es el Señor mismo quien me evaluará y tomará la decisión. Así que no juzguen a nadie antes de tiempo, es decir, antes de que el Señor vuelva. Pues Él sacará a la luz nuestros secretos más oscuros y revelará nuestras intenciones más íntimas. Entonces Dios le dará a cada uno el reconocimiento que le corresponda. (NTV)

 

De lo que Dios más desea de nosotros, la fidelidad.

A menudo nos atraen las historias acerca de individuos débiles cuyos logros superan todas las expectativas. Ya sea que se trate de competencias atléticas, de actividades intelectuales o de emprendimientos empresariales, aplaudimos su éxito. Pero por muy impresionantes que sean los logros humanos, no son la norma por la cual Dios mide el éxito.

 

¡¡¡El Señor valora la fidelidad, y la alabanza por un trabajo bien hecho

no se nos dará hasta que lleguemos al Cielo!!!

No importa cuán talentosos o exitosos seamos según los estándares terrenales, porque la meta de Dios para nosotros es la fidelidad,

la obediencia y el carácter a la manera de Cristo

 

Ya que el Señor desea que tengamos éxito espiritualmente, nos ha provisto todo lo que necesitamos:

Su Palabra nos da principios para poner en práctica,

testimonios de hombres y mujeres fieles para estudiar e imitar,

y el ejemplo más poderoso de amor y obediencia: su Hijo Jesús.

Ya sea que hablara u obrara, el Señor Jesucristo no hacía nada por voluntad propia (Juan 8:28). Su deseo era depender por completo de su Padre y obedecerlo en todos los aspectos de su vida. ¿Es ese también su deseo?

 

Es fácil desviarse de este objetivo, pero si usted persevera el Padre Celestial se sentirá agradado por su fidelidad y la recompensa vendrá.

 

CONFESIÓN DE FE:

SÉ QUE VALE LA PENA SER FIEL AL SEÑOR Y SERVIRLE, PUES ÉL SIEMPRE BENDICE Y PROMUEVE A LOS FIELES, POR ESTO DECIDO VIVIR CADA MOMENTO DE MI VIDA Y EN TODO LUGAR Y CIRCUNSTANCIA, EN FIDELIDAD PARA CON DIOS, CON SU IGLESIA Y CON MIS SEMEJANTES.

 

ORACIÓN:

Padre Celestial, El HaNeeman, El Dios Fiel (Deuteronomio 7:9). Mi Dios y Señor Jesús, Tú eres completamente fiel, sé que puedo confiar plenamente en Ti en esta vida y en el destino eterno que nos has provisto, pues tu fidelidad está libre de mezquindad y ha pasado toda prueba. Por eso hoy vengo a tu Presencia a pedirte Señor, que hoy mismo quites de mí esa máscara religiosa que sólo hace opacar tu Presencia en mi vida y hace desacreditar tu Glorioso Evangelio. Ayúdame a ser fiel, Dios mío, a mantenerme firme en las convicciones que Tú has traído a mi vida, a vivir los principios y valores que me has enseñado, de manera que siempre pueda glorificar tu Nombre con mi testimonio de fidelidad y servicio en tu Reino, el cual es un honor y un privilegio para mí. Gracias, mi amado Señor y Salvador Jesucristo por ser siempre fiel; he orado en tu Poderoso Nombre ¡Amén!


Pr. Juan Manuel Lamus Ogliastri