domingo, 25 de octubre de 2020

LA ACEPTACIÓN EN EL MATRIMONIO

 

¡¡¡La Aceptación es una necesidad fundamental para tener un Matrimonio saludable!!!

 

COLOSENSES 3:12-15

Por tanto, como escogidos de Dios, santos y amados, vístanse de profunda compasión, de benignidad, de humildad, de mansedumbre y de paciencia; soportándose los unos a los otros y perdonándose los unos a los otros, cuando alguien tenga queja del otro.

De la manera que el Señor los perdonó, así también háganlo ustedes.

Pero sobre todas estas cosas, vístanse de amor, que es el vínculo perfecto.

Y la paz de Cristo gobierne en su corazón,

pues a ella fueron llamados en un solo cuerpo, y sean agradecidos.

(RVA'15)

 

¿HASTA CUANDO TENGO QUE AGUANTAR A MI CÓNYUGE?

 

La aceptación en el matrimonio significa entender que su cónyuge tiene una identidad propia que está determinada por su temperamento, su cultura, su educación y el medio ambiente en el que se desarrolló, entre otras.

Todos los seres humanos tenemos la necesidad de sentirnos aceptados.

Lo contrario es el rechazo e implica una manifestación de no aceptación que genera juicio, crítica, malestar, enojo, resentimiento y baja autoestima.

 

En el matrimonio ambos deben aceptarse tal como son con sus virtudes y defectos.

 

A partir de la aceptación mutua, se puede y se debe trabajar para mejorar ayudándose mutuamente.

Muchos cónyuges no recibieron esta manifestación de amor en sus hogares y se sintieron rechazados por alguno de sus padres y muchas veces por los dos, aunque de manera generalmente inconsciente.

 

No obstante, esta falta de aceptación la arrastran al matrimonio.

Al inicio de la vida conyugal no se manifiesta por cuanto en la etapa del enamoramiento si se sienten aceptados.

El problema sale a la luz cuando pasada esa etapa comienzan las quejas, las actitudes despectivas, la indiferencia y las ofensas.

 

En el matrimonio es completamente normal que los cónyuges sean diferentes o muy diferentes.

 

Lo contrario es poco común, ya que en las relaciones de pareja ocurre lo mismo que en las leyes de la física, polos opuestos se atraen y polos iguales se repelen.

La idea es que sean complementarios.

Entonces los cónyuges deben entender que en la relación matrimonial cada uno tiene que aportar sus dones y virtudes, los que van a ayudar a su cónyuge y viceversa.

Siempre hay un cónyuge más activo que el otro, y siempre hay uno más pasivo que el otro.

Entonces el más activo debe entender que ese será uno de sus aportes al matrimonio de por vida, y a su cónyuge probablemente le tocará activar la paz.

 

CONCLUSIÓN:

Para disfrutar de un matrimonio saludable es imprescindible que nos aceptemos mutuamente.

Es necesario que cada cónyuge por su parte para que la respuesta a las actitudes del otro, que nos molestan, sean bondadosas, humildes y pacientes.

Y por otro lado entender que nuestras fortalezas son nuestro aporte al matrimonio y nuestras debilidades son las que necesitamos que nuestro cónyuge nos ayude a manejar.

Tómese unos minutos para meditar en esta enseñanza, y luego siéntese a hablar con su cónyuge acerca de las fortalezas y debilidades de cada uno y como se pueden complementar para ayudarse mutuamente y lograr tener un matrimonio saludable y agradable.

 

FILIPENSES 2:3,4

No hagan nada por rivalidad ni orgullo.

Sean humildes y cada uno considere a los demás

como más importantes que sí mismo.

Que cada uno no busque su propio bien,

sino el de los demás.

(PDT)

 

¡¡¡Así es como funciona!!!

Tu matrimonio y tu familia son el tesoro más valioso que Dios te ha dado

¡¡¡CUÍDALOS!!!

 

Un Abrazo, Dios te bendiga y te guarde, haga resplandecer su rostro sobre ti,

y tenga de ti misericordia; y permita que prosperes en todas las áreas de tu vida,

y derrame sobre ti muchas bendiciones de Vida, Paz, Amor, Salud

y mucha Prosperidad


Pr. Juan Manuel Lamus Ogliastri