viernes, 12 de enero de 2018

RENDIRNOS

 

DEUTERONOMIO 4:5-7 Mira, ahora te enseño decretos y ordenanzas tal como me lo encargó el Señor mi Dios, para que los obedezcas en la tierra donde estás a punto de entrar y que vas a poseer. Síguelos al pie de la letra y darás a conocer tu sabiduría y tu inteligencia a las naciones vecinas. Cuando esas naciones se enteren de todos estos decretos, exclamarán: "¡Qué sabio y prudente es el pueblo de esa gran nación!". Pues, ¿qué gran nación tiene un dios que esté tan cerca de ellos de la manera que el Señor nuestro Dios está cerca de nosotros cada vez que lo invocamos? (NTV)

 

 Parece contradictorio, pero el único camino hacia la victoria es una vida de entrega y servicio, es decir, rendirse totalmente al Señor Jesucristo.

En tiempos como estos, queremos cambiar el mundo. O, al menos, nos gustaría que el mundo fuera diferente. Miramos a nuestro alrededor, en nuestras comunidades, nuestro país y más allá, y vemos muchos problemas, vemos aflicción. Aunque hayamos buscado cada solución terrenal, nos encontramos aún enojados, sin alegría y con miedo. No importa lo que hagamos, nada cambia realmente, al menos no por mucho tiempo. Sí, hay problemas en el mundo, pero hay un problema que no está "allá afuera" en algún lugar, sino dentro de cada uno de nosotros: la dureza de nuestro corazón. Queremos cambiar el mundo, pero primero debemos cambiar nosotros. ¡Debemos rendirnos!

 

♥ Rendirse: una palabra que el mundo interpreta como fracaso, derrota, o darse por vencido. Pero para los seguidores de Cristo, es el comienzo de la victoria. Nos rendimos a la voluntad de Dios y sus caminos, invitando su Reino a estar plenamente establecido en nuestra vida, es decir, los preceptos del Reino impregnando cada aspecto de lo que somos. Perdemos nuestra vida para poder ganar la vida de Cristo, y llegar a parecernos más a Él en el proceso, y el mundo que nos rodea comienza a cambiar a medida que el Espíritu Santo nos lleva a experimentar más humildad, sacrificio, compasión y perdón. Tal vez hayamos pasado años en la iglesia, en grupos de estudio bíblico y reuniones de oración. Tal vez creamos que ya nos hemos rendido por completo a Cristo, pero la forma en que servimos y actuamos en nuestra vida cotidiana, a menudo indistinguible de aquellos que aún no han aceptado a Cristo, demuestra lo contrario.

♥ ¿Qué pasaría si todos los cristianos decidieran entregarse por completo a Jesucristo cada hora, cada día? 

♥ ¿Cómo sería si sus hogares y negocios se convirtieran en parte del Reino de Dios?

 

CONFESIÓN DE FE: 

POR MEDIO DE LOS TIEMPOS DE QUEBRANTAMIENTO, EL SEÑOR ME ENSEÑA UNA GRAN LECCIÓN, LA ENTREGA Y LA OBEDIENCIA A DIOS SON LAS QUE HACEN VALIOSO MI SERVICIO PARA ÉL Y LA TRANSFORMACIÓN DE MI VIDA. 

 

ORACIÓN:

Señor Jesús, Elohim Kol Basar, Dios de toda carne (Jeremías 32:27). Tú, mi Señor, el Todopoderoso nos has creado a todos los seres sobre la tierra y demandas que nos conformemos a tus planes para nosotros. Gracias Padre Celestial por enseñarme a través de tu disciplina, pues Tú conoces muy bien mis debilidades y la forma correcta en convertirlas en fortalezas. Sé que puedo decir "heme aquí, dispuesto estoy" ya que en tu perfecto conocimiento e infinita sabiduría me gozo y descanso para llevar a cabo con dignidad y abundante bendición mi vida y el servicio al cual me llamaste. Gracias mi amado Señor y Salvador Jesucristo por tus enseñanzas y tu disciplina, he orado en tu Poderoso Nombre, Jesús. Amén.


Juan Manuel Lamus O.