jueves, 28 de julio de 2016

SEMBRADOR

GÉNESIS 47:23 Entonces José dijo al pueblo: He aquí, hoy os he comprado, para el faraón, a ustedes y sus tierras. Aquí tienen semilla; siembren la tierra. (R.V.A.'15)

ECLESIASTÉS 11:4 El que observa el viento no sembrará, y el que se queda mirando las nubes no segará. (R.V.A.'15)

©  Si sembramos, cosecharemos de eso no hay ninguna duda.
En 1930 un joven viajero exploraba los Alpes Franceses. Llegó a una vasta extensión de tierra estéril. Estaba desolada. Era amenazante. Era horrible. Era el tipo de lugar del que uno sale huyendo de prisa. Entonces, de repente, el joven viajero se detuvo sobre sus talones. En medio de este vasto desierto había un anciano encorvado que sobre su espalda cargaba un saco de bellotas. En su mano había un trozo de tubo de hierro de metro y medio. El hombre usaba el tubo de hierro para abrir agujeros en la tierra, entonces, sacaba del saco que traía una bellota y la colocaba en el agujero. Luego, el anciano le dijo al viajero:
-  "He sembrado más de 100.000 bellotas. Quizás tan solo una décima parte de ellas crecerán".
La esposa e hijo del anciano habían muerto, y esta era la manera como él había decidido invertir sus últimos años.
-  "Quiero hacer algo útil", dijo él.

Veinticinco años después, el ahora no tan joven viajero regresó al mismo paraje desolado. Lo que vio lo sorprendió, no podía creer lo que veían sus propios ojos. La tierra estaba cubierta con un hermoso bosque de tres kilómetros de ancho y ocho de largo, las aves cantaban y los animales jugaban y las flores silvestres perfumaban el ambiente. El viajero se quedó contemplándolo, recordando la desolación que alguna vez estuviese en su lugar; un hermoso bosque de robles ahora se levantaba allí, sólo porque alguien se interesó en sembrar. (Brian Cavanaugh, T.O.R., The Sower's Seeds)

Nunca te canses de sembrar, lo que ahora parece que no germina un día brotará y dará el fruto esperado. Quizá no lo veas tú, pero lo verán tus hijos o tus nietos y tú sonreirás desde los cielos. La vida es un campo y tú eres el sembrador, no lo dudes pero si recuerda, de lo que siembres de eso mismo cosecharás.

CONFESIÓN DE FE: 
SERÉ UN SEMBRADOR EN TODOS LOS ASPECTOS DE LA VIDA, SEGURO DE QUE, SI NO YO, ALGUIEN VERÁ Y RECOGERÁ LA COSECHA, PERO TAMBIÉN ESTARÉ ATENTO A SEMBRAR LA BUENA SEMILLA.

ORACIÓN: 
Padre Santo, El HaGadol, El Gran Dios (Deuteronomio 10:17). Admirable Señor, Tú eres grande en muchas maneras, tu naturaleza, tus atributos, tus obras y tu misma grandeza son incomparables. Gracias vengo a darte hoy por haberme dado la buena semilla, tu Palabra, por medio de la cual puedo sembrar con la seguridad de recibir una buena cosecha, así que los que me rodean puedan ser, en algún momento que solo Tú puedes determinar, bendecidos por ella. Gracias mi Señor y Salvador Jesucristo por enseñarme a ser un sembrador. Amén.

Juan Manuel Lamus O.