ADORANDO EN COMUNIDAD
HEBREOS 12:22-25 (NTV)
En cambio, ustedes han llegado al monte Sion, a la ciudad del Dios viviente, a la Jerusalén Celestial, y a incontables miles de ángeles que se han reunido llenos de gozo. Ustedes han llegado a la congregación de los primogénitos de Dios, cuyos nombres están escritos en el Cielo. Ustedes han llegado a Dios mismo, quien es el juez sobre todas las cosas. Ustedes han llegado a los espíritus de los justos, que están en el Cielo y que ya han sido perfeccionados. Ustedes han llegado a Jesús, el mediador del nuevo pacto entre Dios y la gente, y también a la sangre rociada, que habla de perdón en lugar de clamar por venganza como la sangre de Abel. Tengan cuidado de no negarse a escuchar a Aquel que habla. Pues, si el pueblo de Israel no escapó cuando se negó a escuchar a Moisés, el mensajero terrenal, ¡ciertamente nosotros tampoco escaparemos si rechazamos a Aquel que nos habla desde el Cielo!
♥ El aviso afuera de la iglesia decía: "Servicio Dominical a las 9:30 am".
Está ideado con el fin de llamar la atención del tráfico que pasa frente a la iglesia, y se espera que sirva para que los transeúntes saquen sus celulares y anoten esa cita en sus agendas. (Leer Hebreos 12:18-29)
Se supone que cuando una iglesia se reúne para la adoración, cosas asombrosas tienen lugar en ella, y el pasaje que estudiamos hoy abre nuestra comprensión del privilegio y la gloria de la adoración comunitaria. Al declarar que hemos llegado "…a la Jerusalén Celestial… a la congregación de los primogénitos de Dios, cuyos nombres están escritos en el Cielo…" (Vs.22,23). Y fíjese que la Palabra no dice: "Tú vendrás", como si estuviera describiendo una experiencia futura del otro lado de la muerte. Cuando nos congregamos somos parte de una comunión espiritual colectiva en ese momento. Cuando adoramos, nos unimos a distancia con creyentes de todas las naciones, que cantan alabanzas similares, que leen la misma Biblia y se inclinan ante el mismo Señor. También nos unimos a miles y miles de ángeles que cantan:
"Digno es el Cordero que fue sacrificado, de recibir el poder y las riquezas y la sabiduría y la fuerza y el honor y la gloria y la bendición". (Apocalipsis 5:12 NTV)
☝🏼 Por eso…
¡¡¡Ya sea que nos congreguemos con un puñado de personas o con cientos,
unámonos a la gran compañía de ángeles y a nuestros hermanos en la fe
de todo el mundo, a levantar nuestros corazones en adoración y alabanza
al único merecedor de ellas, nuestro Señor y Salvador Jesucristo!!!
🙏🏼 Y entendamos que cuando adoramos a Dios, somos parte de una comunidad tan amplia que está en todo el mundo y tan alta como el Cielo.
CONFESIÓN DE FE:
PROCURARÉ, CADA VEZ QUE ME REÚNA EN MI IGLESIA, ADORAR CON TODO MI SER, COMO UN PRIVILEGIADO QUE FUI ESCOGIDO POR DIOS PARA EXALTAR SU NOMBRE Y PARA AGRADECER TODO LO QUE HA HECHO, ESTÁ HACIENDO Y HARÁ EN MI VIDA, Y LO HARÉ UNIDO A MI CONGREGACIÓN, A TODOS LOS HERMANOS DEL MUNDO Y A LOS ÁNGELES QUE TAMBIÉN LO ADORAN.
ORACIÓN:
Adorado Dios, Elohim Mikarov, Dios que está cerca de nosotros (Jeremías 23:23). Dios mío, Abba Padre, Tú eres mi Padre Celestial y puedo decirte en este día: gracias Papá. En adoración y con el corazón lleno de gratitud, quiero exaltar tu Nombre, eres el único merecedor de esa adoración, pues yo sé que has hecho, haces y harás todo lo necesario para que yo tenga una vida digna y llena de bendiciones, por eso hoy te digo, desde lo más profundo de mi corazón, gracias Papito Santo, gracias mi Señor y Salvador Jesucristo por estar con nosotros por siempre y permitirnos, a todos los que en ti creemos en la Tierra, adorarte con los ángeles del Cielo; he orado en tu Poderoso Nombre ¡Amén!
Pr. Juan Manuel Lamus Ogliastri